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Varias personas recogen banderas españolas y ceutíes en vísperas del viaje de los Reyes. /EFE
mañana se inicia la visita real

Ceuta y Melilla se engalanan para recibir a los Reyes

Mientras, suben de tono las críticas de Marruecos por la visita considerada por el Parlamento como una «provocación grave»

AGENCIAS |
RABATActualizado:

Los Reyes iniciarán mañana en Ceuta su primera visita a las dos ciudades autónomas desde que accedieron al trono hace 32 años, un viaje tildado de "provocación inadmisible" por Marruecos, que en respuesta ha retirado por un tiempo indeterminado a su embajador en España, Omar Azziman, y ha suspendido la convocatoria de próximas reuniones bilaterales de alto nivel.

A pesar de la reacción del reino alauí, el Gobierno sigue confiado en que la visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía no altere las "muy buenas" relaciones que existen con Marruecos, tal y como ha declarado hoy el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, en una entrevista en el diario Público.

El día en que se produjo el anuncio de la visita de los Reyes fuentes oficiales enmarcaron la decisión en el deseo que siempre ha tenido el jefe del Estado de desplazarse a Ceuta y Melilla y consideraron que se trataba de "un buen momento" para hacerlo. Además, recordaron que Zapatero fue el primer jefe de Gobierno desde la etapa de Adolfo Suárez que viajó a las ciudades autónomas en enero de 2006, desplazamiento que también provocó el enfado de Rabat, pero en menor intensidad que en el momento actual.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha insistido en el carácter "institucional" de la visita real, que confia se desarrolle "de manera positiva y satisfactoria", y ha restado importancia a los reproches de Marruecos. "Creemos que el buen nivel de las relaciones con Marruecos va a permitir superar esas sensibilidades", ha dicho Moratinos, quien ha recordado que España y el país magrebí mantienen desde hace tiempo "discrepancias" sobre Ceuta y Melilla y que el Ejecutivo español no ha variado nunca su posición.

El problema del Sáhara Occidental

El ministro marroquí de Exteriores, Taieb Fassi Fihri, indicó tras reunirse en Marrakech con su colega español, Miguel Ángel Moratinos, que aunque ambas partes estaban "satisfechas de la evolución de las relaciones económicas, comerciales, financieras, en materia de inversiones y culturales", en cuestiones de "política regional e internacional", cada país tenía "sus propias posiciones sobre un cierto número de cuestiones".

Añadió que en su entrevista de más de cuatro horas con Moratinos se vio "obligado a recordar" la posición de Rabat en algunas "cuestiones fundamentales", en lo que parecía una clara alusión al Sáhara Occidental, ya que en su declaración dedicaba buena parte a esta cuestión y no mencionaba en absoluto a las dos ciudades autónomas.

Ese mismo día el Consejo de Seguridad de la ONU volvía a pronunciarse sobre el Sáhara y animó a Marruecos y el Polisario a superar el impasse en las negociaciones. Sus 15 miembros mencionaron de nuevo en la resolución (redactada por el Grupo de Amigos para el Sáhara, en el que está España) los dos planes de solución propuestos por Rabat y el Polisario, con el objetivo de evitar inclinarse hacia uno de ellos.

Protesta gradual

A partir del jueves, Rabat comenzó a reaccionar al anuncio de la visita de los Reyes, confiando en un comunicado del primer ministro marroquí, Abás El Fassi, en la renuncia a esa visita. Su protesta se elevó el viernes con la decisión de Mohammed VI de llamar a consultas por un tiempo indeterminado a su embajador en España, Omar Azziman. La duración de su estancia en Marruecos permitirá valorar el alcance del malestar del reino alauí con España.

A las críticas de estos días, se suma la intención de los diputados que integran la comisión de Asuntos Exteriores, Defensa y Asuntos Islámicos del Parlamento marroquí de realizar una sentada de protesta mañana lunes ante la Embajada de España en Rabat para expresar su "indignación" ante la visita de los Reyes, a la que califican de "acto de provocación contra la soberanía marroquí, contra su pueblo, y que pretende normalizar la ocupación".

Los parlamentarios consideran que esta visita "podría perjudicar seriamente los intereses comunes y el clima positivo que ha marcado las relaciones hispano-marroquíes durante los últimos años", añade el comunicado. Ante esta situación, la comisión ha invitado al Gobierno y al Parlamento de Marruecos a adoptar todas las medidas e iniciativas necesarias, conformes con el "descontento del pueblo marroquí ante esta visita deplorable e inoportuna".

Todos los grupos parlamentarios se han declarado orgullosos de la postura adoptada por Marruecos ante esta cuestión. Lo recuerda la comisión en su comunicado y además recuerda que Marruecos, "contrariamente a otros, tuvo la audacia de revisar y reconciliarse con su pasado". Por último, la comisión reafirma su posición de firmeza "ante toda tentativa de humillación o ataque a la dignidad de todo responsable marroquí, cualquiera que sea su nivel de responsabilidad, y todo ciudadano marroquí, cualesquiera que fueran los argumentos y las motivaciones".

Y mientras Marruecos protesta, el Gobierno español se esmera en transmitir mensajes conciliadores y Ceuta y Melilla se blindan para garantizar la seguridad en la visita real, la primera de un monarca español desde Alfonso XIII.