![](/RC/200711/02/Media/reyes--253x190.jpg?uuid=dcc9e4da-8950-11dc-8af6-78eabacd17ab)
Marruecos llama a consultas a su embajador en España
El Gobierno español había defendido poco antes del anuncio la «normalidad» de la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla
RABAT Actualizado: GuardarEl Gobierno de Marruecos ha anunciado la llamada a consultas de su embajador en España, Omar Azziman, durante "un período indeterminado", según ha confirmado en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Es la última reacción a la primera visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla, que ha provocado la reprobación del Ejecutivo alauita.
La llamada a consultas del embajador se produce sólo dos horas después de que el Gobierno español, ignorando las críticas previas de Marruecos por la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla, defendiera el viaje de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Una decisión así, que abre una crisis en las relaciones entre España y Marruecos, no se producía desde 2001. Un año después, en julio de 2002, llegó la crisis de Perejil.
La decisión se justifica en la nota "como seguimiento al anuncio oficial el viernes de la lamentable visita de su majestad el rey Juan Carlos I, los 5 y 6 de noviembre, a las dos ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla". El Ministerio agrega que la decisión ha sido tomada "después de muy altas instrucciones (sic) de Su Majestad el Rey Mohamed VI".
Concluye el comunicado, distribuido por la agencia oficial de noticias MAP, recordando que "el Gobierno había expresado el jueves su lamentación y rechazo de esta iniciativa reprochable, cuales quieran que sean los motivos y objetivos".
Marruecos desoye el llamamiento de De la Vega
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, había recordado que, pese a las críticas, las relaciones entre España y Marruecos son "extraordinarias" y están basadas en "afectos sinceros". En ese escenario, ha puntualizado, se desarrollará la semana que viene la visita de los Reyes.
De la Vega ha enmarcado el viaje "en la normalidad de que los monarcas españoles visiten las dos ciduades autonomas, la normalidad de que los ciudadanos de Ceuta y Meilla vean satisfecha una demanda largamente reclamada y la normaldiad de dos países aliados y amigos, a pesar de que puedan mantener algunas diferencias, pero no para empañar una estrecha y sincera cooperacion y el constante y fluido diálogo institucional".
La portavoz del Ejecutivo ha insistido en que el viaje se ha producido ahora porque "alguna vez tenía que ser". Y ha vuelto a reiterar que "hay que darle normalidad institucional" porque forma parte de las visitas de los Reyes a las distintas Comunidades y es un deseo ciudadano de los habitantes de Ceuta y Melilla. "No le damos otra razón nada más que la normalidad", ha sentenciado.
La respuesta de Exteriores
En la misma línea se había pronunciado poco antes un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, que ha defendido que los Reyes van a realizar una "visita institucional de política interna a dos ciudades españolas" y que se enmarca "en la política nacional", sin entrar a valorar las palabras del portavoz del Gobierno marroquí.
Asimismo, el portavoz de Exteriores ha recordado que las "relaciones entre España y Marruecos son muy fluidas" como puso de manifiesto la visita que realizó ayer Moratinos a Marrakech donde se entrevistó con su homólogo marroquí, Taib Fassi Fihri. "España y Marruecos tienen relaciones excelentes, no hay ningún problema y cooperan en todos los ámbitos", ha concluido.
La visita provoca las críticas de Marruecos
El portavoz del Gobierno alauita, Jalid Naciri, ha afirmado que existen "líneas rojas relativas a la integridad territorial de Marruecos que no deben ser traspasadas" y que "nuestros amigos españoles deben comprenderlo". El Ejecutivo español enmarca el viaje en una agenda institucional de "normalidad".
El Gobierno marroquí espera que esta visita "no tenga consecuencias negativas sobre las relaciones marroquí-españolas", ha agregado Naciri en la rueda de prensa que ofreció al término del Consejo de Gobierno. Además, ha precisado que el Ejecutivo quiere transmitir un "mensaje claro y no codificado": Marruecos "considera que las relaciones entre los dos reinos son fundamentales y trabaja para consolidarlas y promoverlas aún más".
"La amistad entre España y Marruecos será un elemento básico en la elaboración de un entorno geoestratégico de estabilidad en la región mediterránea", consideró Naciri. Sin embargo, la amistad entre ambos países "no puede hacernos olvidar que existe un desacuerdo de fondo entre nosotros sobre las ciudades de Ceuta y Melilla". En este sentido, Naciri condicionó la buena marcha de la cooperación a una solución "inteligente de este conflicto territorial" que tome en consideración los intereses "legítimos" de ambos países.
Una "iniciativa lamentable"
El portavoz del Gobierno, que también ostenta la cartera de Comunicación, ha destacado la unanimidad de la prensa española en cuanto a no cuestionar la españolidad de ambas ciudades y ha señalado que la misma unanimidad se observa en la prensa marroquí al reconocer su marroquinidad.
Ayer, el primer ministro marroquí manifestó su "profundo lamento y rechazo" por la visita, que tendrá como consecuencia "influir en las relaciones privilegiadas existentes entre los dos países amigos". Además, afirmó que el Gobierno sólo puede reprobar esta iniciativa lamentable, sean cuales fueran las motivaciones y los objetivos de la visita del rey Juan Carlos de España a las "ciudades marroquíes expoliadas" de Ceuta y Melilla.
Ceuta defiende el carácter institucional de la visita
El presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, el popular Juan Vivas, ha criticado la reacción marroquí y ha defendido que la presencia de los monarcas en las dos ciudades españolas del norte de Africa "no se plantea con el ánimo de provocar a nadie".
En declaraciones a Canal Sur Radio, Vivas ha asegurado que la visita de los Reyes tiene un carácter "institucional que se corresponde con la política interna y que se circunscribe al ámbito nacional", por lo que ha considerado que "ningún tercer país tiene que opinar al respecto, aunque lamentablemente ha opinado".