Llega a Guayaquil el cuerpo de la segunda víctima del atentado de Barajas
Diego Armando Estacio será enterrado en su localidad natal, mientras que la otra víctima, Carlos Alonso Palate, fue enterrado ayer
Actualizado:El féretro con el cadáver de Diego Armando Estacio, fallecido en el atentado de ETA el pasado 30 de diciembre en el aeropuerto madrileño de Barajas, ha llegado a la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, en un avión de la Fuerza Aérea Española.
La aeronave ha aterrizado a las 01.40 hora local (06.40 GMT) en el aeropuerto de Guayaquil, donde ha sido recibida por delegados de la Embajada de España y del Gobierno ecuatoriano. Una treintena de familiares también ha llegado en el vuelo, así como una delegación de alto nivel del Gobierno español, encabezada por la secretaria de Estado de Emigración e Inmigración, Consuelo Rumí.
La secretaria de Estado ha dicho que el trato que recibirá Estacio y su familia, es el que tiene "cualquier otro español, que es objeto de violencia terrorista" y por tanto las subvenciones están ya estipuladas en las leyes de España para las víctimas y familiares directos de actos de este tipo.
La caravana que acompaña el féretro saldrá de Guayaquil a las 08,30 hora local (13,30 GMT) hacia Machala, la ciudad natal de la víctima, donde será enterrado.
Despedida a Carlos Alonso Palate
Cientos de papeles y flores blancas blandiendo al cielo despidieron ayer a Carlos Alonso Palate en su natal Picaihua, en el centro andino de Ecuador, a donde, el hasta ahora lejano horror del terrorismo, llegó en forma de muerte. Rostros tristes, lágrimas y proclamas contra el terrorismo rodearon la plaza central de Picaihua, donde se celebró la misa para despedir a Carlos, de 35 años, que hace cuatro años viajó a España en busca de mejores condiciones de vida, pero que murió en el atentado perpetrado por ETA.
Cubierto con la bandera de su club de fútbol y escoltado por un cartel en el que sus hinchas le aseguraban que su nombre "queda impregnado en el equipo", en el que era conocido como "El Tanque", al menos medio millar de vecinos despidieron a Carlos Alonso.
La dolorosa situación y el fuerte sol que pegaba sobre la plaza de la parroquia de Picaihua provocaron varios desmayos a Elvia, la hermana de la víctima de ETA, que era asistida por una integrante de la asociación de emigrantes Rumiñahui. Las curtidas manos de la madre de Carlos, María Basilia Sailema, y las de sus hermanos, Luis Geovanni y Luis Jaime, blandían con resignados movimientos las servilletas blancas para condenar al terrorismo que se llevó a Carlos Alonso.
Interminable se hizo para Picaihua el entierro, en especial para la madre de Carlos, a quien el dolor le provocó un fuerte dolor en el pecho, que obligó a recostarla en el césped. Los hijos de Picaihua comentaban su dolor en preguntas que quedaron sin respuesta: "¿Por qué hay terrorismo?", "¿Por qué se mata la gente?", "¿Por qué hay tanta maldad en el mundo?", mientras la madre de Carlos no cesaba de lamentarse a modo de canto: "A dónde te vas mi hijito, mi precioso, llevame a mi también".