Los 88 peldaños de la gente feliz
Peldaño 39: «Nunca vivas el presente a costa del futuro»
En este peldaño de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te cuento por qué el largo plazo tiene que ver con la felicidad y el corto plazo con el placer efímero
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La paz del futuro... se compra en el presente. Cuando era niño me gustaba mucho filosofar sobre la vida. No creas que era el típico que se quedaba aislado del mundo estudiando o leyendo (de hecho, si algo lamento, es no haber leído más). Me apuntaba a todo y era muy activo, pero también me gustaba cuestionarme la vida y reflexionar . Y de todas mis filosofías, hay una que se convirtió en la más representativa de mi forma de pensar durante mi infancia. Es la que estoy a punto de exponerte.
Yo defendía que una de las mayores tensiones en la vida era la existente entre el corto plazo y el largo plazo. Jugar al fútbol — impacto a corto plazo—, o estudiar para el examen del lunes — impacto a largo plazo—. Ahorrar para algún día invertir más en mi formación — largo plazo— o comprarme la bicicleta de mis sueños — corto plazo—. Y que de las dos, la más importante siempre era el largo plazo . ¿Por qué? Porque el largo plazo da felicidad, y el corto plazo sólo da placer. El motivo por el que yo defendía invertir en lo primero y no en lo segundo es porque sólo la felicidad es duradera, mientras que el placer es efímero. Mi conclusión era: las vidas mejores son aquellas en las que se ha tenido la disciplina de priorizar siempre el largo plazo en detrimento del corto . Punto.
Esa postura la mantuve durante la mayor parte de mi vida. Y si tú eres el tipo de persona a la que le cuesta tener la disciplina del au tocontrol , dada a entregarse a los placeres de la vida (sean sanos o no) y con tendencia a disfrutar del presente a casi cualquier precio, no deberías leer el resto del Peldaño. La teoría de mi niñez es perfecta para ti, y tenerla siempre presente puede ayudarte a alcanzar el punto medio (no te preocupes, no te llevará al otro extremo). Si no es tu caso, sigue leyendo.
La teoría podría ser aparentemente preciosa, pero tiene un problema. Escondida en mi primer libro, «Los 88 Peldaños del Éxito», había una frase de un alto valor: «Vivir en el pasado es vivir en la nostalgia. Vivir en el futuro es vivir en una hipótesis» . ¿Qué significa esto? Que de todos los días de la historia, sólo un día es real: hoy. Y si no disfrutas el hoy, te podrías estar perdiendo justo aquello que representa lo único que tienes, dado que todo lo demás no existe. Por tanto, mi teoría estaba carente de un complemento. Es éste:
«Vive el presente de manera que cuanto más te acerques al futuro, más agradezcas tu pasado»
@anxo
#88PeldañosGenteFeliz
Y eso requiere disfrutar. Ojo. No estoy diciendo: «Haz del presente un jolgorio». Lo que estoy diciendo es que tan malo sería vivir en el corto plazo sin tener nada en mente el largo, como vivir tan centrado en el largo que llegues a odiar el corto. Hay placeres que duran cinco minutos y no aportarán nada a tu futuro, pero su valor es inmenso porque añaden color a tu vida en el presente.
¿Cómo saber entonces dónde está el límite ? La regla es ésta. Puedes (y debes) disfrutar al máximo del presente siempre y cuando no rompas esta condición:
«Nunca vivas el presente a costa del futuro»
Anxo Pérez
Si un presente mejor no constituye un futuro peor, tendrás luz verde. En caso contrario, tendrás luz roja. Cómete ese delicioso pastel y disfrútalo con la mayor concentración. Pero ten la disciplina de no comerte los diez siguientes. Y por cierto:
No hagas uso del «un día al año» no hace daño si no han pasado 364.
Y ésa es la paz más importante. Primero, buscas el equilibrio perfecto en el presente, en el que intentas producir el mayor número de placeres, pero sin que ninguno sea a costa de tu futuro.
Luego, alcanzas el futuro y desde allí te enorgulleces de tu pasado, esto es, aquello que ahora es tu presente. Y el resultado de todo ello es disfrutar de la paz más importante: la que da mirar atrás y saber que has vivido la vida mejor con la sabiduría mayor.
LA PAZ DEL FUTURO... se compra en el presente.
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