Los 88 peldaños de la gente feliz

Peldaño 38: «Reconocer una debilidad en algo, lejos de debilitarte, te fortalece»

En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te cuento por qué he aprendido que las debilidades te hacen más fuerte

Reconocer una debilidad en algo, lejos de debilitarte, te fortalece. Adobe Stock
Anxo Pérez

Anxo Pérez

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Dado que en este libro no paro de revelar, una tras otra, cosas que yo hacía mal, voy a añadir una más a esa larga lista (y al hacerlo, estaré cumpliendo con la propia enseñanza del Peldaño). Durante mucho tiempo creí que reconocer tus debilidades te hace débil. Hoy creo que te hace fuerte. Es la fuerza que da mostrarse vulnerable. Si me permites un consejo, no te calles tus debilidades. Ahora verás por qué es un buen consejo . Éstos son los tres motivos principales.

El primero, porque cada vez que ocultas aquello que no va bien en tu vida es porque estás perpetuando el personaje del Peldaño anterior, el cual, por supuesto no tiene nada que ver con tu persona. «Si soy débil, quiero que me vean como lo que no soy, esto es, como fuerte». Pero las personas que viven en un personaje (y todos lo hacemos hasta cierto punto) corren un enorme peligro: el de enjaularse en su propia jaula. Ésta es la cárcel de la gente famosa o que se considera importante y ahora se siente obligada a defender esa imagen de importancia. Vivir defendiendo una imagen te debilita , y desprenderte de ella (reconocer debilidades, mostrarse vulnerable, reconocer que no tienes que defender ninguna imagen porque tu yo verdadero no tiene imagen) te fortalece.

Además, todas las personas que acaban superando el deseo de defender una imagen que se han creado de sí mismos llegan a la misma conclusión. Vivían convencidos de que sucederían mil cosas terribles si dejan a un lado el personaje (saliendo a la calle sin maquillar si has sido modelo, cantando en un karaoke si has sido cantante, apuntándose a un curso como alumno cuando has sido profesor, saliendo a correr con sobrepeso cuando antes eras delgado, saliendo de casa cuando te han echado de un puesto importante), y cuando lo hacen descubren algo absolutamente maravilloso . Y es que... ¡No pasa nada!

Segundo . Cada vez que ocultas algo, tu mundo se encoge, y cada vez que lo revelas, tu mundo se expande. ¿Por qué? Porque ocultar esclaviza y revelar libera.

Si te pasas toda la vida ocultando tus vulnerabilidades, posiblemente el mundo consiga detectarlas igualmente, y encima estarás soportando la carga de tener que esconderlas cada minuto del día, con todo el trabajo que eso requiere. El mero hecho de dejar de ocultarlas, de por sí, ya te hace menos vulnerable (es la fuerza que da reconocer debilidades), y además te libera.

Y tercero . Existe una correlación que casi parece milagrosa entre las debilidades que reconoces y la ayuda que recibes. Dices que tienes un problema de ventas en tu empresa o con la educación de tus hijos, o bien le cuentas a todos tus vecinos que has perdido a tu perro, a pesar de que te daba vergüenza («¡qué imagen voy a dar de mí mismo!»), y de manera aparentemente mágica, empiezas a atraer a personas que te ayudan con ese problema o hasta te lo resuelven.

Sin embargo de mágico no tiene nada. Lo que has hecho al revelarlo es proporcionar una puerta a la ayuda, y el ser humano, cuando se le da una puerta, suele tener tendencia a abrirla. A todos nos encanta ayudar, pero sólo si tú nos proporcionas el cómo, y eso requiere contar no sólo lo que te va bien, sino sincerarte con lo que te va mal; no sólo todo aquello que sabes, sino todo aquello que te falta por saber. ¿Sabes qué tienen en común las personas que saben más? Que son las mismas a las que no les importa reconocer que saben menos . Y en consecuencia... preguntan.

@anxo

#Los88peldañosdelagentefeliz

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