Los 88 peldaños de la gente feliz
Peldaño 26: «Cómo superar la muerte de un ser querido»
En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te explico por qué no debes hundirte ante una pérdida
Éste es posible que sea el Peldaño más duro de todos cuantos se incluyen en este libro. Cuando pierdes a un ser querido, el tipo de actitud y respuesta que recibes de todo tu entorno es primero de cariño, lo cual está muy bien, y después de conmiseración. Pero la conmiseración tiene un problema: gusta. Es una compasión que se recibe por parte de otros , que lejos de querer hacerte daño, lo que quieren es entender tu dolor y reconocer lo mal que tú lo estás pasando. El problema está cuando este exceso de atención de otros hacia ti puede desembocar en un regocijo por tu parte dentro de ese océano lleno de dolor. Y esto ya no está tan bien. Gustar, gusta, pero ayudar, no ayuda. Cuando arranqué el párrafo diciendo que este Peldaño será duro, me refería a que yo no voy a tomar la vía de la conmiseración. Y éste es el porqué.
Existe una creencia muy extendida que atribuye un gran valor a sufrir por otros. Es como si el mundo debiera aplaudirnos cuando sufrimos. Se coloca el sufrimiento compasivo a la altura de una virtud humana. Pero eso es un mito y este Peldaño se va a centrar en desmontarlo.
No seré yo quien niegue cómo de desgarrador es pasar por la pérdida de un ser querido . Tranquilo. No soy una persona a la que le falte la empatía y por tanto el tema central de este Peldaño no es el de determinar si es doloroso o no, sino el de cuestionar la utilidad del sufrimiento y la aportación para la persona que ya no está. El grave error que muchos cometemos es el de pensar que sufrir la muerte de alguien es honrar a esa persona y a su muerte. Pero esto es completamente falso.
Ni el mayor de los sufrimientos por una muerte devuelve una sola célula a la vida.
No estoy diciendo que no puedas sufrir. Sufre todo lo que no puedas evitar, pero no sufras nada de lo que sí puedas evitar . El punto central de este Peldaño está en revertir la creencia de que sufrir aporta porque honra al ser querido. Falso. No honra nada, no aporta nada, y el mundo no mejora un ápice gracias a ello. No sólo no devuelve una gota de vida al ser querido, sino que, si él o ella viese tu sufrimiento, ni siquiera se alegraría. Ese ser querido no le puede ver valor, el mundo no le ve valor, y espero que para cuando alcances el final de lo que escribo, tú tampoco se lo veas.
El mayor favor que puedes hacerle a esa persona que tanto amas es usar tu amor para impulsarte a salir de casa cuando quieras cama, quedar con gente cuando quieras soledad, sonreír cuando quieras lágrimas, vestirte bien cuando quieras luto, trabajar tu alegría aunque al principio sea falsa, elegir la felicidad cuando tu cuerpo quiera regocijarse en la tristeza. ¿Te parece difícil? ¿Egoísta? No lo hagas por ti. Hazlo por él o ella, y entonces lo convertirás en altruista. El amor es una fuerza inmensísima cuando se canaliza correctamente. Y tú estás ahora en posición de tomar ese amor tan enorme que sientes por ese ser querido, domesticarlo como a un toro que sólo se agita y manifiesta furia, y redirigirlo no de cara a la miseria, sino a todo lo contrario. Como todo en la vida, estás ante una doble elección. Tú puedes embarrarte en tu dolor, y entonces esa muerte habrá producido más muerte, o puedes canalizar ese inmenso amor para salir adelante, no por ti, sino por él, y entonces conseguirás que esa muerte no produzca muerte, sino vida.
Solo hay una forma de combatir la muerte: con más dosis de vida.
#88PeldañosGenteFeliz
«El mayor regalo que puedes hacer a un ser querido al que el destino quitó su vida es usar cada gota de tu energía para impedir al sufrimiento quitarte la tuya».
¿Quieres honrarlo? Entonces vive.
(Si conoces a alguien que esté afrontando una pérdida, hazle un favor y recomiéndale este Peldaño.)
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