Paraguaya

Con el arranque del verano llega la temporada de la fruta de hueso y con ella la de la paraguaya que comparte protagonismo durante la primavera y el verano con melocotones o ciruelas . De hecho, es una variedad de melocotón aplastada de sabor dulce, jugosa y textura ligeramente untuosa con hueso duro y piel vellosa.

Originaria de China, allí se conoce por el nombre de 'ping-tzu-tao' que significa melocotón de plato .

En España se cultiva en zonas templadas, como Murcia, Lleida o Aragón, en terrenos con mucha agua y, curiosamente, con mucha sal, libres de piedra caliza. Otra de sus particularidades es que madura después de su recolección , lo que se denomina como climatérico. Su temporada va de julio a septiembre, si bien desde junio ya pueden encontrarse los primeros ejemplares en los mercados.

Para elegir la paraguaya perfecta hay que observar que no tenga golpes, manchas o arrugas en su piel que son indicadores de excesiva madurez. Si están verdes, lo mejor es dejarlas madurar a temperatura ambiente, en caso de que se encuentren en el punto justo de madurez, pueden conservarse en el frigorífico.

No es muy habitual encontrarlas en elaboraciones o recetas, excepto en el caso de batidos o macedonias. Lo común es consumirlas al natural. Son perfectas para llevar y tomar como tentempié en cualquier momento del día.

Compuesta principalmente de agua, esta fruta está repleta de antioxidantes por lo que tiene beneficios para el organismo. Una de las principales propiedades es su capacidad de hidratación durante los calurosos meses de verano.

Además, favorece el buen funcionamiento intestinal gracias a su contenido en fibra y es rica en carotenos lo que disminuye los problemas de estómago. Su poder antioxidante protege los tejidos tanto internos como externos, ayudando a detener el paso del tiempo en la piel y sus compuestos fenólicos disminuyen y regulan los niveles de colesterol .