Las frutas y verduras de temporada que están más ricas en julio

Uva. Aunque nos gusta tomarlas para finalizar el año, lo cierto es que en julio están en su momento más óptimo. Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), esta fruta se caracteriza por su alto contenido en azúcares (es mayor en la uva blanca que en la tinta) y es rica en potasio. Además, la uva tinta es muy rica en taninos y polifenoles, potentes antioxidantes, que se encuentran sobre todo en la piel. Mora. Esta deliciosa fruta se pueden recolectar en verano, sobre todo en la parte final, cuando alcanzan un color negro brillante indicando un punto óptimo de madurez. Son muy codiciadas para postres, tartas y mermeladas . Sandía. ELa sandía es una buena fuente de betacaroteno o provitamina A (pigmento rojo o anaranjado), donde se ha visto que puede tener un papel esencial en el crecimiento y correcto desarrollo y funcionamiento del sistema inmunitario y la vista. Esta fruta es rica otras vitaminas y minerales presentes como la vitamina C, E, potasio y magnesio. Pera. La pera es uno de los frutos más importantes que se cultivan en regiones templadas. Es curioso pues podemos encontrar peras de invierno o verano según su requerimiento de frío para madurar. Esta fruta es rica en agua (86,7 gramos por cada 100 gramos del alimento comestible), calcio y potasio. Plátano. El plátano tiene un alto contenido en azúcares e hidratos de carbono y eso hace que tenga un mayor valor calórico respecto a la media del resto de frutas. Su interés nutricional radica en que es una buena fuente de potasio y magnesio. Además, el plátano es una fruta fácil de digerir y tiene efecto antidiarreico. Breva. Su aporte calórico es mayor al del resto de frutas porque contiene mucho azúcar. Los higos o brevas son ricos en fibra y como todas las frutas, es una fuente interesante de potasio. Melón. El melón, fruta de verano por excelencia, es muy rico en agua y, por lo tanto, muy refrescante. A pesar de su sabor dulce, es pobre en azúcares. Tiene un alto contenido en potasio y, en el caso de los melones con la pulpa más amarilla, también es una fuente importante en beta-caroteno o provitamina A. Además, su contenido en vitamina C es importante. Paraguaya. A pesar de ser una variedad de melocotón, la paraguaya presenta una forma, tamaño y textura algo diferente. La principal diferencia es su aspecto externo, que es más achatado y el color, menos rojizo. Las paraguayas se pueden consumir frescas o cocidas, aunque también se pueden emplear para hacer tartas, helados y compotas. Cereza. Esta fruta de verano es muy rica en flavonoides y polifenoles, importantes antioxidantes. Su contenido en fibra tampoco es despreciable. Los expertos de la OCU dicen que es preferible elegir las cerezas que presentan un color rojo intenso. Melocotón. A pesar de su sabor dulce, el melocotón no es un fruto especialmente rico en azúcares, pero sí fuente importante de beta-caroteno o pro-vitamina A (responsable de su color), fibra y potasio. Pimiento. Los pimientos destacan por su alto contenido en vitamina C y carotenos (sobre todo los de color rojo). El sabor picante de los pimientos depende de su contenido en capsaicina, que puede llegar a ser irritante para la mucosa del aparato digestivo. Albaricoque. Cuánto más rosácea sea la tonalidad de la piel del albaricoque , más dulce es el fruto. Se conservan muy bien en la nevera, en la zona menos fría, metidos dentro de una bolsa de plástico agujereada. Desde la OCU indican que contiene mucha cantidad de potasio y que las vitaminas y minerales se incrementan en los orejones (albaricoques deshidratados). Ciruela. El principal componente de las ciruelas es el agua. Además de hidratos de carbono, entre ellos el sorbitol, de leve acción laxante que se ve reforzado por su abundancia en fibra, la ciruela se caracteriza por tener antocianos (pigmentos de acción antioxidante y antiséptica). Si se compran verdes, se pueden dejar madurar a temperatura ambiente. Tomate. Los tomates madurados al sol del verano alcanzan un nivel de sabor y textura imposibles de superar. Además, existen muchas variedades distintas que corren el peligro de desaparecer por centrar la producción únicamente en las que mejor se venden. Esta verdura es rica en fibra, en minerales, vitaminas (A, D, E, del grupo B y también C) y cuenta con licopeno, un gran antioxidante. Nectarina. Al igual que los melocotones, el interés nutricional de las nectarinas radica en su aporte en carotenos o pro-vitamina A, fibra y potasio. Según datos de la OCU, el contenido en azúcares es ligeramente superior al del melocotón, pero a pesar de todo su contenido calórico es reducido: unas 46 kcal por 100 gramos de fruta. Berenjena. La berenjena es una de las verduras frescas que menos calorías tiene (cuenta con 84 kcal). Como todas las verduras, es rica en agua (92,2 gramos por cada 100 gramos del alimento) y tiene una buena densidad mineral, sobre todo en potasio. Sus fibras, pectina y celulosa, estimulan el tracto intestinal. Remolacha. Hay una variedad rica en azúcar, las remolachas azucareras, que se usan para la extracción del azúcar blanco, pero son diferentes de las remolachas moradas usadas en cocina. Esta hortaliza es fuente de ácido fólico, vitamina C y potasio, además de fósforo. Otros nutrientes son vitaminas B1, B2, B3 y B6 y minerales como el hierro y el yodo. Pepino. Es rico en agua (95,7 gramos por cada 100 gramos del producto comestible) y en vitaminas del grupo B que favorecen la salud celular y el impulso nervioso. El pepino también contiene vitamina C, calcio (19 mg por cada 100 gramos de pepinos) , hierro, fósforo, magnesio, zinc y potasio.