En Jerez de la Frontera
El acusado del parricidio «no tenía brote psicótico» pero no descartan «un delirio latente»
En la jornada del viernes se tomaba declaración a los médicos forenses quienes decidieron remitir a Isidro Sánchez a Psiquiatría Clínica
Isidro Sánchez « estaba consciente, orientado, no se encontraba en estado de enajenación » y podía prestar declaración ante los forenses el día después de que tuviera lugar el parricidio en Arcos que acababa con la vida de un bebé de ocho meses, Enmanuel. El 2 de junio dos médicos forenses eran los encargados de hacer el examen de las agresiones sufridas por Sara B., la pareja de Isidro y madre del bebé, y de realizar el informe sobre la capacidad del padre para prestar declaración.
Del testimonio de los expertos ofrecidos este viernes en la Sección Octava de la Audiencia Provincial destaca que durante su entrevista con el acusado Isidro Sánchez era capaz de dar datos como su DNI o su fecha de nacimiento y ofrecer el relato de lo ocurrido . Les llegó a contar que había sido consumidor de cannabis y que en 2002, tras el fallecimiento de su mujer, consumió cocaína y heroína . En su relato, los forenses explicaron cómo el acusado reiteró una idea externa sobre las manipulaciones de las que estaba siendo objeto en el móvil , a donde le llegaban mensajes. Viendo la experiencia y particularidad del caso consideran «que es importante remitir al paciente a que le realicen una valoración por parte de psiquiatría clínica ». A preguntas de la fiscal que lleva el caso, los forenses indicaron que «hay pacientes psiquiátricos que viven como realidad ideas delirantes. Tienen conciencia interna de que eso está pasando aquí. No hay un delirio estructurado pero sí una serie de signos en su relato que nos hicieron remitirlo a psiquiatría clínica».
Cabe recordar que la Fiscalía, en su escrito de acusación, señalaba que el acusado en el momento de cometer los hechos creía recibir m ensajes en su teléfono móvil que le decían «que tenía que asfixiar al bebé », «que pronto llegaría el Apocalipsis», «que había una red extranjera compuesta por falsos apóstatas, que sabían que el Armaggedon estaba cerca«, así como que «tal como recibía los mensajes y los aceptaba en el móvil se borraban».
No obstante, el acusado podía tener claro quién es y recordar perfectamente los hechos, puntualizaron los expertos.
En relación con los mensajes de móvil, indicaron que hizo referencia a que eran « mensajes de su sobrina que le escribía y le decía qué tenía que hacer ». Era un mensaje reiterativo pero disperso.
Asimismo, los hechos recordados por el sujeto eran compatibles con las testificales. Isidro Sánchez «no estaba triste, estaba emocionalmente estable. No dio muestras de querer autolesionarse o quitarse la vida . No era un detenido agresivo». No existían criterios médicos para que el paciente no pudiera prestar declaración, pero ante la idea reiterativa del móvil, con la experiencia y en relación a los hechos, decidieron que «la valoración psiquiátrica era el mejor elemento para saber cómo estaba».
No obstante, manifiestan que el « paciente no tenía brote psicótico , pero no se puede descartar que tuviera un delirio latente ». Los forenses ampliaron la pericial con la recomendación para que se remitiera a psiquiatría.
El reconocimiento de la madre
El estudio realizado por los forenses sobre las lesiones de Sara B., la madre del bebé, indica que tuco lesiones «superficiales leves; un golpe en la frente, un hematoma en el cuello y un arañazo en la cara ». Consideran que con el golpe que podría haber recibido en la frente « no podía quedar inconsciente », rebatiendo así la versión de la mujer que el primer día habló de haber perdido la conciencia. Sin embargo, consideran que se encontraba en «estado de shock inicial. Estuvo todo el rato preguntando «está muy mal lo que ha hecho, ¿no?».
Según el relato que cuenta la madre a los forenses, ella se encontraba acostada y al ser sorda no escuchaba al niño llorar. De repente, se levantó para ir al baño y «vio cómo su pareja estaba intentando asfixiar al niño». Ella intentó coger al bebé, se enzarzaron en una pelea, dejó al niño en la cama y vio cómo respiraba.
Sobre la autopsia
También se tomó declaración al forense que acudía al levantamiento del cadáver y que estuvo encargado de la autopsia del pequeño Enmanuel. « Tenía lesiones leves en la zona posterior del cuello y se veía muerte por asfixia », por lo que se mandaron todas las muestras posibles para descartar orígenes, según el informe preliminar. El segundo informe, el avance, de 18 de julio de 2017, más completo, se mantienen las sospechas de que se trata de una muerte por asfixia. Con los resultados de las analíticas se obtienen como conclusiones que l a zona del entorno de la boca, especialmente en los labios, «habían sido comprimidos contra los dientes », así como un pulmón también reflejaba la existencia de muestras microscópicas que confirmaban la asfixia.
El bebé de ocho meses fue sometido a otras analíticas que dieron como resultado la aparición de mezcla de material genético del bebé y de su padre en las uñas y pelos de familiares de la línea materna encima de Enmanuel . A este respecto preguntaba el jurado sobre si el origen de los pelos de la madre era compatible con una convivencia diaria, a lo que el experto contestó que sí.
El forense reiteró la compatibilidad de la asfixia con un mecanismo de sofocación, que supone que la obstrucción externa de los orificios pudo provocar la lesión al bebé.
El juicio se retoma el próximo lunes con nuevas declaraciones sobre el caso.
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