«No quiero hablar de mi rodilla esta tarde. Todo lo que pueda decir sonaría como una excusa, y no tengo ganas de eso. No es un buen día para hablar. El deporte es así; a veces juegas bien y otras mal», declaró Nadal, que rechazó comparar su eliminación ante Darcis con la del año pasado ante Rosol. «Es difícil adaptarse a la hierba, que es sin lugar a dudas la superficie más exigente para mí. No encontré mi ritmo», reconoció el español.
Precisamente, antes del torneo, Nadal evitó realizar una preparación sobre césped a causa de lo exigente de la misma. Meses atrás, tras aquella derrota en el All England Tennis y su posterior larga convalecencia, su regreso al circuito fue impresionante, jugando las finales de los nueve torneos en los que participó y ganando en total siete, entre ellas la de su octavo Roland Garros, hace apenas dos semanas. Sin embargo, este lunes, el dolor seguramente reapareció, puesto que el manacorense, que jugó con su rodilla vendada al igual que en los encuentros anteriores, se vio muy disminuido físicamente al final del partido.
El verdugo de Nadal se mostró eufórico. «Nadie esperaba mi victoria de hoy. De acuerdo, Nadal no jugó su mejor tenis y yo sabía que su primer partido en césped es siempre difícil, pero igual es una gran victoria para mí», dijo el belga, que llegó a ser 44º mundial en 2008 y que solo había ganado un encuentro hasta esta jornada en Wimbledon. «Esto es así, pero siempre jugué bien sobre la hierba. Incluso aunque no fuera el caso en este torneo. Además, aquí derroté a un 'top-10' (el checo Tomas) Berdych, en la central en los Juegos Olímpicos del año pasado», recordó.