David Ferrer devuelve un golpe durante el partido de cuartos de final./AFP
Federer y Djokovic se retan por el número 1 en semifinales
El serbio Novak Djokovic, número uno mundial y defensor del título del Abierto de tenis de Gran Bretaña, se clasificó este miércoles para las semifinales en Wimbledon al derrotar al alemán Florian Mayer (Nº 31 de la ATP) por 6-4, 6-1, 6-4. En la próxima fase, por un billete a la gran final, 'Nole' se las verá con el suizo Roger Federer, tercer cabeza de serie, quien se impuso al ruso Mikhail Youzhny (Nº 26 del circuito) por 6-1, 6-2, 6-2.
«Tuve dificultades para adaptarme al sol, porque jugué los otros tres partidos anteriores bajo techo (en la pista Central, cubierto con su techo retráctil a causa de la lluvia). El primer set fue complicado y enseguida comencé a jugar mejor», explicó 'Djoko'.
«Federer (su próximo rival) tiene una gran variedad de recursos en el césped. Utiliza su saque para abrir la cancha, el golpe 'liftado' para guardar su primera bola, y también sabe jugar agresivo. La hierba es la superficie que le conviene más, por lo que será un partido interesante. Ganó seis veces aquí y quiere probar a todo el mundo y a sí mismo que puede volver a hacerlo (...) Creo que estoy jugando bien, que he progresado en esta superficie», añadió el serbio, de 24 años.
Roger Federer disputará el viernes su 32ª semifinal de un torneo del 'Grand Slam', un nuevo récord, superando al mítico estadounidense Jimmy Connors, quien jugó 31, la última a los 39 años, mientras Federer tiene 30. Con esta victoria, el número 3 mundial vuelve a las semifinales de Wimbledon por primera vez desde 2009, dado que en 2010 perdió en cuartos ante el checo Tomas Berdych y en 2011 frente al francés Jo-Wilfried Tsonga, después de estar dos sets arriba. El tenista de Basilea sueña con igualar el récord de otro estadounidense, Pete Sampras, quien logró siete títulos en el césped del All England Tennis & Croquet club.
Tras mostrar ciertas debilidades en los días anteriores, con dificulades para derrotar al francés Julien Benneteau y al belga Xavier Malisse, este miércoles el suizo pasó como un relámpago por la pista sin dejar oportunidades a su rival, quien no se desanimó, pero casi nada pudo hacer salvo un par de bolas de 'break' en el tercer set.
«Jugué muy bien», consideró Federer . «Su juego me conviene. Estoy muy contento de haber regresado a 'semis' aquí. Me gustaría jugar ante Novak (todavía no conocía el resultados de éste). Sería un partido divertido», aseguró. «Jugué agresivo, saqué bien. Estoy contento con mi desempeño. El césped no es muy diferente a otras superficies de nuestros días. Pude concentrarme en mi tenis», añadió.
El torneo de Wimbledon es duro por su exigencia y rapidez. En la hierba suelen enfrentarse los luchadores contra los cañoneros y salir ganadores los primeros cuando los duelos son breves. Sin embargo, el correoso David Ferrer rompió la tradición en los cuartos de final con su derrota ante el local Andy Murray porque su físico castigado no le permitió aniquilar a su rival cuando dispuso de la oportunidad.
Lo cierto es que el primer papel de David Ferrer resultó sorprendente. Dentro de su discreción habitual amenazó pronto con aguar la fiesta del escocés con su trabajo de hormiga. Sus pies se acomodaron desde el primer momento a la pista del 'All England Club' con un estilo activo y firme rompió el servicio de su anfitrión (3-1). Entonces el de Jávea desarrolló todo un arsenal de golpes desde una derecha firme y precisa comparable a la de los mejores del circuito. Murray estiró su brazo y respondió con saques demoledores que neutralizó el español con sus neuronas a pleno rendimiento para anticipar cada resto.
Sin conceder errores el alicantino empujó contra las cuerdas al británico (5-2) y acarició la primera manga. Entonces surgió la rebeldía de Murray. Con el público a su favor –incluidos el príncipe Guillermo y Catalina Middleton-, el escocés optó por una estrategia más agresiva y cercana a la red que sorprendió al único español que había sobrevivido en el torneo. No supo responder el dinámico Ferrer y los reveses cruzados insospechados de Murray enviaron el partido al desempate. En el 'tie-break', el español demostró su enteraza y seguridad para apuntarse el primer set.
Aunque la inercia del partido conducía al británico hacia la versión ganadora, el español debió emplearse a fondo para salvar un punto de 'break' en el primer juego. Pero la historia del segundo set se escribió con juegos rápidos resueltos con la base de los saques fluidos de ambos y la escasez de errores no forzados hasta la frontera de los juegos decisivos. Entonces Ferrer rompió el servicio a su contrario (5-4) y volvió a atisbar una nueva manga a su favor con el servicio en su poder. Resultó el momento clave. Golpeó sobre el español el esfuerzo del día anterior contra Del Potro y la laboriosa hora y media de sus piernas. El cansancio alcanzó sus brazos, desperdició sus saques (apenas logró un 33% de los puntos con su segundo servicio), las piernas no respondieron y su última oportunidad se desvaneció al desaprovechar un punto de 'break' al resto.
Como en las semifinales de Australia de 2011, el británico arrebató la segunda manga al español y la confianza para acceder a semifinales. Desde entonces Ferrer se movió a remolque por el partido, con carreras de un lado a otro de la pista sin lograr dominar el duelo y a la busca del factor psicológico para desestabilizar a su rival. No funcionó. Aunque Murray flojeó con su saque, enmendó sus errores, mejoró en resto y conquistó el set en la única oportunidad de que dispuso para el 'break'.
El escocés ahondó en las heridas del alicantino en la cuarta manga, quien resistió hasta que la lluvia aplazó el momento decisivo (5-5). El suspiro ayudó al fatigado David Ferrer para recuperarse de su esfuerzo, pero Murray se mostró más determinado que nunca en la hierba londinense. Para deleite del público local, el escocés cerró el duelo (6-7 (5), 7-6 (6), 6-4, 7-6 (4)) con saques directos y todo un despliegue de las características de un potencial ganador de Wimbledon. Demasiado en contra para el hacendoso David Ferrer, quien se despidió con la cabeza alta como uno de los tres españoles que han alcanzado los cuartos de final de los cuatro grandes torneos. «Fue un partido muy duro, largo y con momentos apretados. Sólo jugué un poco mejor», reconoció Murray en la pista para despedir al español.