De las dificultades que tenían los kilómetros finales de la séptima etapa de la Vuelta puede dar una idea que no hubo forma de que el pelotón se organizase en condiciones para una llegada al sprint, por lo que el ataque de Philippe Gilbert, actual campeón del mundo de fondo en carretera, y el checo Zdenek Stybar, dos veces campeón del mundo de ciclocross, resultó decisivo. No había forma de organizar un trabajo serio para el pelotón sin correr riesgos, en un grupo en el que solo Orica apostó con fuerza por esa posibilidad.
Gilbert no pudo con Stybar, un ciclista checo de 27 años que acabará por convertirse en un hombre importante en la ruta, sobre todo en las clásicas de los adoquines, donde la escuela del ciclocross es de gran ayuda para él.
Esta temporada sufrió una caída cuando iba escapado en la París-Roubaix, antes del ataque final de Cancellara. Ha sido tres veces campeón del mundo de ciclocross, una de ellas en categoría sub-23. Además, ha ganado la Copa del Mundo y el Supeprestigio, entre otras muchas pruebas. El millonario checo Zdenek Bakala es el actual dueño de la formación y el que propició la llegada de Stybar, compatriota suyo, al equipo.
La etapa, en la que hubo de nuevo una escapada con Javier Aramendia metido en ella, tuvo un final complicado y Purito Rodríguez dijo en la llegada: «Ha sido un final de carrera vergonzoso, de pena. No se puede meter un final así en Sevilla. Hemos hablado entre nosotros que esto no puede ser. Ha sido muy peligrosa y pone en evidencia a la carrera. El espectáculo de la Vuelta seguirá así hasta que decidamos plantarnos un día».
Samuel Sánchez incidió en el mismo tema, aunque con mucha más tranquilidad: «No sé si es un final denunciable, pero sí al menos protestable. Hay que pensar un poco más en la seguridad de los ciclistas. La gente estaba muy encima. Si alguien hubiese sacado una mano, alguno se podría haber matado». La Vuelta, que todavía no se ha calentado en la carretera, lo ha hecho fuera de ella, a la espera de las tres llegadas en alto seguidas que le esperan. La mayoría del grupo no estaba de acuerdo con un final tan peligroso. Daniel Martin se cayó y perdió 1:33.
