![«Menuda imagen hemos dado»](/RC/201208/22/Media/unzue--647x231.JPG)
Eusebio Unzúe junto a Alejandro Valverde. / EFE
La sensación que ha quedado un día después de la caída de Alejandro Valverde a veintiocho kilómetros de la cima de Valdezcaray, después o a consecuencia de un abanico que montó el equipo Sky, es que alguien miente en toda esta historia.
Eusebio Unzue, que habló con Nicolás Portal durante la etapa, ex corredor suyo en el Caisse d’ Epargney actual director del equipo Sky, y también ayer por la mañana, sabe que alguien no dice la verdad: «Basta con ver las imágenes para darse cuenta de que eso es así». «La caída la provoca la maniobra de hacer el abanico por parte del Sky al tirarse a la izquierda. Un Saxo Bank (Nicki Sorensen) le toca a Imanol Erviti y se produce el accidente».
Sigue pensando que el pelotón tenía que haber ralentizado su marcha: «Para mí es incuestionable que tenían que parar. Puedo entender que rodasen cuatro o cinco kilómetros, hasta que se diesen cuenta de la caída, pero no más. Ellos sabían que la única víctima era el líder, que producto de la maniobra que hacen se cae. Sabían que no había ningún otro posible favorito en esa caída al que hubiesen pillado. Tiene sentido que hagan un abanico para intentar cortar a los favoritos, pero no que hagan lo que hicieron. Las imágenes son claras», explica Unzue, que sigue sin olvidar lo sucedido.
«¿Sí he hablado con Nicolás Portal? Lo he hecho durante y después de la etapa. No me entra en la cabeza que una persona como él, que es un tipo impresionante de la cabeza a los pies, pueda ordenar tirar a sus corredores».
Las consecuencias, además de la pérdida del liderato, han sido que Imanol Erviti está más tocado de lo que llegó a la carrera: «Todavía no se ha recuperado de la caída del Tour y ahora le llega esta, que le ha dejado con golpes por todo el cuerpo. Tiene dos agujeros en el trocanter de la cadera que no se le cierran en los que caben una alubia en cada uno. Le han dado cinco puntos de sutura en la barbilla».
Explica Unzue que «la carrera iba tranquila, la escapada iba a llegar, por lo que el cartucho para poder ganar la etapa ya estaba disparado. Ese abanico no tenía otro sentido que dejar al líder. Es algo que no entiendo».
Y no lo entiende, aunque no lo dice, porque Valverde deberá acusar con el paso de los días la acumulación de esfuerzos que lleva esta temporada. Movistar ya tuvo problemas con el equipo Omega durante la París-Niza de este año, que luego se trasladaron a la Volta a Catalunya, donde Valverde sufrió una caída y los belgas se pusieron a trabajar, dejándole fuera de la lucha por la general de la prueba.
«En la París-Niza nosotros ya estábamos tirando cuando se produjo la caída de Leipheimer, que volvió a caerse cuando estaba cogiendo al grupo en el que trabajábamos. En la Volta a Catalunya nos la devolvieron y asunto zanjado».
Unzue no pensó en ningún momento en presentar una reclamación, pero si quiso ver el vídeo del final de etapa nada más acabar la prueba: «Las imágenes hablan por si solas. Lejos de parar pusieron todo patas arriba. Parto de una base, que yo no tengo que decirle a ningún equipo lo que tiene que hacer en carrera». Se lamentaba de la imagen que de nuevo había dejado el ciclismo.
«Por unas cosas o por otras siempre estamos igual. La imagen que ha dejado nuestro deporte no es buena. Damos a entender que aquí vale todo y eso no es así». También el director del Katusha, Valerio Piva, fue a hablar con el.
«¿Qué es lo que me ha dicho? Qué me va a decir. A esto podemos darle todas las vueltas que queramos, pero ya no tiene solución».
Joaquim Rodríguez comentó que habló con Valverde por teléfono al terminar la etapa. «Ellos tienen una versión que se acerca bastante a la realidad de lo que pasó, que les tiró el Sky. Yo le he dado mi versión, él la suya y asunto zanjado».
Dagenkolb ganó en Logroño
El alemán John Degenkolb logró su segunda victoria de etapa en la Vuelta a España tras la lograda en Viana el pasado domingo. Se impuso a Daniele Bennati y Gianni Meersan, en el circuito que se preparó en Logroño, en el que no hubo nada destacable.
Era una jornada de tranquilidad para los líderes y todos aprovecharon para rodar con comodidad, a une media elevada, de 40,221 kilómetros por hora. El Argos ha dejado más que solucionada su participación en la Vuelta.