Contador celebra su liderato en la Vuelta. / Efe
El cambio de programa al que se ha visto obligado Alberto Contador debido a su sanción de seis meses le va a permitir cubrir un final de temporada muy distinto al de otros años, al de la temporada que considera ideal para llegar al Tour de Francia en buenas condiciones.
Contador va a correr la contrarreloj por equipos comerciales del Campeonato del Mundo, además de la crono individual y la prueba de fondo en carretera, sin olvidar las clásicas italianas de fin de temporada. La clase que atesora el maillot rojo es de tal calibre que está demostrando que es capaz de ganar en enero en Argentina o en febrero, en Portugal, pero también en septiembre, en la Vuelta a España, en la que va camino de récord. Sólo ha corrido una Vuelta, la de 2008, que ganó con el Astana, gracias a las bonificaciones.
Si finalmente termina de líder en Madrid habrá ganado las dos que ha corrido. Una efectividad total. Contador demuestra una ambición sin límites. Lo único que le importa es ganar, allí donde le toque correr.
Es cierto que siempre ha preferido un acercamiento al Tour muy ordenado, acercamiento que tampoco pudo realizar el año pasado, pendiente de la decisión sobre su positivo, lo que le obligó a correr el Giro y llegar fundido al Tour. Ganó en Italia.
En 2012 no ha podio ir al Tour y va a ganar la Vuelta. ¿Qué corredor hay en el ciclismo mundial capaz de ganar allí donde le toca correr? Ninguno. Cambiar sus planes de preparación no le impiden vencer en cualquier momento de la temporada. No se extrañen si cuaja un mundial contrarreloj individual soberbio y disputa el Giro de Lombardía para ganarlo. También le ha dejado un caramelo envenenado a la UCI.
Correrá en China si los puntos UCI que pueda conseguir cuentan, porque de momento, los que pueda sumar en la Vuelta a España no le valdrán, ni a él, ni a su equipo. Eso sí, lo que no le va quitar nadie es el triunfo final, y menos con La Bola del Mundo de por medio, que es como el pasillo de su casa de veraneo.
