Después del caluroso verano y un tímido inicio del otoño, llegar las lluvias y los cazadores pueden entregarse a su pasión. Ahora bien, incluso una actividad tan arraigada y respetada como la cinegética evoluciona con los años y hoy en día encontramos en los cotos a un nuevo aficionado. Aquel que no solo madruga para salir a cazar al alba y que ahora busca algo más: recrearse en el paisaje y conocer su historia.
Cazar y hacer turismo a la vez. Se trata del conocido como turismo cinegético, una actividad en pleno auge que no deja de crecer temporada a temporada y que se ha convertido en otra forma de hacer turismo. Los cazadores salen a por su presa mientras descubren lugares y entornos nuevos. Se deleitan con los colores, los sonidos y los olores de la naturaleza y disfrutan de la oferta de alojamientos rurales.
DESTINOS selecciona los mejores para guiar a quienes se quieran adentrar en esta tercera dimensión del turismo rural.
Toledo
Faisanes salvajes y fuentes naturales
A escasos kilómetros de Toledo, en el municipio de Nambroca, se abre ante nuestros ojos el paraíso de la caza menor: Finca Mochares. De 800 hectáreas de dimensión, su principal atractivo es la abundante caza de perdiz, liebre, conejo y faisán. De hecho, es uno de los pocos lugares donde todavía puede avistarse el faisán salvaje. Por ello, resulta especialmente atractiva la suelta de estas aves en el monte que lleva su nombre, un pequeño cerro que permite organizar a los tiradores en su base, rodeando la elevación. Una experiencia única. El precio de una jornada de caza es de unos 390 euros por persona y de 50 euros para el acompañante que no practica.
Pero no solo se lleva a cabo la actividad cinegética en Finca Mochares. El aficionado podrá disfrutar también con una naturaleza casi virgen. La orografía presenta badenes y desniveles que hacen las delicias de cualquiera. Montecillos, esparteras, tomillares, olivares y retamares; arroyos, manantiales y fuentes naturales; y formaciones pedregosas que obligan a zigzaguear para seguir la senda conforman un paisaje ideal para el cazador que pretende gozar el sabor de la aventura.
El Cerro de los Almendros, la Fuente de los Cangrejos o el Río Argodó constituyen otros de los atractivos turísticos del lugar. Y todo ello sin perder de vista la inigualable Toledo, a pocos kilómetros de la finca.
Castellar de la Frontera
La última selva mediterránea
De Toledo, a Cádiz. Más concretamente, a Castellar de la Frontera, a la conocida como la última selva mediterránea: el Parque Natural de los Alcornocales, uno de los mayores latifundios de Europa. Allí se encuentra La Almoraima, una finca de 14.109 hectáreas, donde se puede practicar la caza menor (palomas y tórtolas), pero sobre todo se lleva a cabo la mayor en las modalidades de montería, gancho, rececho y aguardo diurno. Las especies allí aprovechadas son el ciervo, el gamo y el muflón.
La Almoraima también cuenta en su finca con un romántico y señorial hotel convento del siglo XVI donde sobresale su majestuosa torre neogótica. Se ofertan precios especiales para los cazadores y sus acompañantes, así como un completo plan de actividades turísticas paralelas a la caza.
Entre estas últimas destacan las rutas a caballo por el propio parque donde los paisajes y la naturaleza son todo un lujo, visitas al embalse de Guadarranque y al singular pueblo viejo de Castellar de la Frontera y su fortaleza, además de expediciones a distintas cuevas con arte rupestre que esconden los campos de esta zona del sur de la península.
Murcia
Buena comida y visitas culturales
De Andalucía occidental, a la provincia de Murcia, a Puerto Lumbreras. Allí se encuentra localizada La Cañada de Alba, una finca rural de 705 hectáreas de extensión situada en el extremo sudeste de la Sierra de Enmedio. Especializada en la caza menor, en concreto en la perdiz, el faisán, la codorniz y el conejo, la finca se caracteriza por un mosaico de zonas de carácter agrícola y de secano con suaves pendientes que se alternan con zonas de monte de matorral con pendientes medias y monte alto.
Todo ello conforma un accidente topográfico denominado ‘hoya’, que los expertos en estas lides califican como perfecto para la caza. Son varias las modalidades que se pueden practicar en esta finca: al salto, a rabo o en mano con perros de muestra; ojeos de perdiz y faisán, reclamo, sueltas de perdiz, faisán y codorniz; descaste de conejo y tiradas de paloma (solo en verano). Tantos cazadores como acompañantes pueden pernoctar o pasar un fin de semana completo en el Cortijo Cañada de Alba, situado en la propia finca, donde además de realizar su actividad preferida y comer de lujo, proponen un extenso paquete turístico.
Desde Cañada de Alba pueden deleitarse con la Cueva del Rayo o el Vergel, paraje natural situado en el interior de la propia finca donde se puede disfrutar de un observatorio de animales. También destaca la Rambla de Nogalte, que se puede conocer a través de una ruta a camello o a caballo, y es muy aconsejable la visita al Castillo de Nogalte y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario. Por último, dejarse llevar por los senderos del impresionante Parque Natural Sierra María-Los Vélez completan la oferta natural de este destino más que cinegético.
Soto de Viñuelas
Naturaleza a un paso de la capital
Del sudeste peninsular, al centro del país, a Madrid. A las puertas de la capital de España, en Soto de Viñuelas, se levanta el espectacular y solemne Castillo de Viñuelas. Allí se puede practicar la caza mayor, en concreto la caza de gamos y ciervos, y la caza menor, perdices y conejos. Este impresionante Castillo, de los siglos XVII y XVIII, está integrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. La finca cuenta con una superficie de 3.028 hectáreas repletas de encinas, fresnedas y jarales que harán las delicias de los cazadores. Además, su enclave privilegiado, a solo veinte kilómetros de Madrid, le permite conocer con detalle la ciudad capitalina y su hermosa sierra.
Cáceres y Ciudad Real
El espectáculo de la berrea
El recorrido no puede completarse sin citar la Casa Rural Tierra Roja, en Aliseda (Cáceres), donde además de practicar la caza mayor y menor se podrá disfrutar de uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza: la berrea del ciervo. Junto a ellas destaca la Casa Rural Mestanza, en plena Sierra Morena, en el propio Mestanza (Ciudad Real), conocida por la caza del jabalí y las excursiones al pantano del Río Montoro.