En armonía con una ciudad que parece planificada para satisfacer a visitantes adinerados, Singapur ha estrenado en los últimos años decenas de tiendas de lujo, caros restaurantes e incluso una compañía de taxis alejada de las tarifas habituales que cuenta con Bentleys para trasladar a sus clientes. Los hoteles también se han puesto las pilas y han subido de nivel para estar a la altura del Marina Bay Sands, el fastuoso edificio que acoge el gran casino de Adelson. Ya no parece bastar con tener los servicios propios de un establecimiento cinco estrellas y por ese motivo el hotel Ritz-Carlton, que goza de unas privilegiadas vistas a la bahía de Singapur, acaba de inaugurar un Club Lounge que supone un paso más allá en cuanto a trato y exclusividad.
El club, situado en la planta 32, la última del hotel, está reservado para los clientes más privilegiados, que disponen de un espacio exclusivo y muy cuidado de buffet, abierto prácticamente todo el día, librería y sala de dibujo. Si la estancia incluye el domingo también pueden disfrutar de un espectacular ‘brunche’ donde destaca el champán, las ostras y los mariscos más variados. La pertenencia a este curioso club, decorado con materiales nobles y repleto de detalles, garantiza disponer de las mejores habitaciones del establecimiento, cada una con su propia conexión a Internet. La entrada o la salida del hotel se lleva a cabo de forma personalizada, junto a un empleado que aguarda en la puerta, sin que sea necesario el trámite de pasar por recepción para acceder a la habitación. Del mismo modo, los 'socios' pueden contar con un servicio de limusina del hotel, que también personaliza para ellos tarjetas de presentación con sus nombres y sus datos de contacto en el Ritz-Carlton, donde tienen salas para recibir sus visitas de negocios.