Asentada en la vertiente noreste del corazón de los Pirineos, la estación del Valle de Arán se sitúa a 1.000 metros de altitud en Vielha (Lérida). Conocida por ser una de las pendientes más exclusivas por la calidad de su nieve y sus montañas de ensueño, recibe cada temporada a múltiples caras conocidas y cuenta con uno de los apre-ski más famosos de los centros invernales europeos.
Sus bares, lujosos restaurantes y flamantes motos de nieve son de sobra conocidos. Sin embargo, desde hace poco tiempo desde el resort catalán han decidido poner en marcha una interesante novedad. A través de una empresa y bajo la luz de la luna, se podrá disfrutar de la naturaleza gracias a los paseos en trineo tirado por perro o a caballo.
La primera de ellas, puesta en marcha por Montgarri Outdoor y más habitual en otras estaciones españolas, ofrece a los usuarios que decidan probarlo una experiencia única, visitando el despoblado Montgarri, con una velada en un Refugio o aprendiendo a conducir el trineo en una actividad también conocida como mushing.
Planeando el skijöring
Menos habitual resulta la segunda opción, con caballos tirando de un trineo por medio del bosque nevado. Algo que desde el centro pirenaico realizan cada invierno desde hace ya cuatro temporadas. Una vivencia diferente y totalmente espectacular con la que además de disfrutar del paisaje, los clientes podrán deleitarse tomando una botella de cava entre los meses de diciembre y marzo.
El Valle de Arán, a través de la Escuela de Equitación allí situada, puso en marcha la exitosa idea en el año 2010, convirtiéndose en la pionera del sector en toda España. Con dos trineos disponibles en la actualidad (uno con dos caballos y otro con uno) con una capacidad total para 10 personas, ofrecen excursiones de media hora para los viajeros en una actividad que planean poco a poco vaya creciendo.
De momento, para un futuro no muy lejano se plantea implantar un nuevo deporte en el que se pueda esquiar con los caballos. El skijöring, que consiste en que una persona sea arrastrada por el animal, se realiza en muchos países, aunque hay casos en los que es tirado por perros. Incluso en el año 1928 se convirtió en una disciplina de demostración en los Juegos Olímpicos de Sankt Moritz.
