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Marismas, aves y arrozales: Doñana en la provincia de Sevilla
Una visita a los encantos de los municipios de la zona: de Gelves a Isla Mayor, un escenario de película
El frío crece hacia arriba, desde la humedad, que cala los juncos que se mantienen erguidos en los bordes de las charcas. Los flamencos, aquí, crean bellos contrastes en el entorno; pintan de rosa lo que sin ellos tan solo tendría tonalidades verdes y pajizas. El Guadalquivir, antes de llegar al mar de Sanlúcar por este valle que traza un surco hondo en el mapa, ha creado un escenario singular. Ese que utilizó, por ejemplo, el director Alberto Rodriguez en la película 'La isla mínima' para hacer del entorno un personaje más, un elemento que lo tiñe todo con su velo y vuelve al largometraje memorable. Sevilla es, por encima de Valencia, la provincia que más toneladas de arroz produce: unas 700 millones anuales , lo que genera más de 5.000 puestos de trabajo.El cangrejo rojo, una especie que no tiene larga tradición en la zona, es otro de los productos que cimentan su economía. Finalmente, el turismo, atraído por su belleza paisajística, flora y fauna, tanto la del preparque como la del Parque Natural de Doñana, que se extiende por las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, consolidan los valores esenciales de este bajo Guadalquivir.
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De Gelves , a unos diez minutos de distancia de Sevilla capital en coche, a Isla Mayor, pasando por los muelles de Coria del Río y La Puebla , donde parten las embarcaciones a capturar los camarones y albures y después se sirven en los bares y tabernas, el pequeño poblado de Alfonso XIII y otros municipios como Aznalcázar , Pilas y Villamanrique de la Condesa, incluso Dos Hermanas, en la otra margen del río, esconden un sinfín de tesoros de gran interés.
Flamencos, ventas y toros
La observación ornitológica, por ejemplo, es uno de sus grandes atractivos. Así, encontrarás en las Cortas de la Isleta y los Olivillos islotes y sotos ribereños que acogen colonias de aves, con multitud de nidos y pajareras levantadas al resguardo de la actividad humana. La Cañada de los Pájaros , un humedal recuperado donde se ubica un centro de interpretación y varios miradores, es otro de los epicentros para la observación. ¿Qué especies podemos contemplar además de los ya mencionados flamencos? Pues fochas y gaviotas, patos, grullas, garcillas, calamones y muchas otras que realizan aquí un descanso en sus periplos planetarios.
Además de agricultores, mariscadores, pescadores e investigadores, esta es también tierra y agua de ganaderos y de cazadores. El arroz con pato es una de las banderas de las ventas de por aquí, tan escondidas, tan numerosas: El Velero, El Rezón, Esturión (emplazada donde antaño hubo una vieja fábrica de producción de caviar, antes de que se extinguieran los esturiones en el río), Estero, El Tejao, Casa Paco, Casa Maruja, La Dehesa de Abajo… Y los toros, tras los vallados, van colocando puntos negros que se superponen en el horizonte. La Ganadería Partido de Resina , que organiza espectáculos, tentaderos comidas y visitas guiadas por sus campos e instalaciones, es una de las más conocidas.
Todo ello, arroz y marisma, paisaje y fauna, ave y toro, cangrejo y río, hacen de este enclave uno de los más especiales de toda la provincia de Sevilla. Un lugar a veces inhóspito y, casi siempre, salvaje . Donde lo civilizado queda reducido a unos pocos pueblos y donde, a medida que avanza la carretera desde Gelves, vayamos bordeando el cauce o, bien, hacia los pinares de Aznalcázar, donde linces ibéricos, una especie en peligro de extinción, jabalíes, ciervos, zorros y águilas imperiales comparten espacio, la naturaleza parece haber ganado hace siglos la partida.