La Navidad es una fiesta religiosa. Pero también está muy vinculada con la gastronomía. Tanto la cena de Nochebuena como la comida de Navidad son el punto de encuentro de las familias en torno a una mesa bien surtida. Incluso en tiempos de crisis, los españoles hacen un enorme esfuerzo para disfrutar de distintos manjares con los que celebrar unas fechas tan señaladas. A lo largo de la geografía española, en las mesas navideñas encontramos muchas coincidencias, pero también platos peculiares de cada una de nuestras regiones. Hacemos hoy un pequeño repaso por las elaboraciones más populares, las que no pueden faltar estos días navideños.
A lo largo y ancho de España, el plato fuerte de Navidad es el asado. Fundamentalmente el tradicional pavo, convertido en objeto de culto estos días, y muy presente en la iconografía navideña de los últimos cien años. Un buen pavo asado, con distintas guarniciones, es el protagonista de un gran número de mesas. También el capón, que ha ganado gran protagonismo, gracias sobre todo a las empresas que lo venden ya preparado, a falta tan solo de un golpe de horno para servirlo. Y con ellos, el resto de animalitos que tradicionalmente se han asado en nuestro país: pularda, pollo de corral, cordero, cabrito y cochinillo. Todos están en el recetario habitual de estas fechas.
La importancia del marisco
En tiempos recientes,el marisco se ha convertido en otro producto sin el que parece que una mesa navideña no está completa. Sobre todo los langostinos, que estos días se venden a miles, frescos y congelados, buenos y malos. Para muchos españoles la calidad es lo de menos. Lo importante es que aparezcan en el menú. Con ellos, ostras, centollos, gambas y otras delicias del mar. En decadencia, por su precio imposible en tiempos de crisis, las angulas, que también han estado muy presentes en Navidad, en especial en las cenas y comidas del País Vasco y de Madrid.
Además, para combatir el frío, no suele faltar una sopa o un caldo
En Cataluña es muy popular la sopa de galetes, unas caracolas de pasta que se rellenan de pilota (carne picada), que da paso a una completa escudella. Muy similar es la sopa rellena de Baleares. Y el puchero con pelota valenciano. En Asturias, la crema de andaricas (nécoras). La sopa de almendras, en su versión salada, es otro reconfortante guiso habitual estos días, especialmente en Madrid y muchas zonas de Castilla y León. Y en Extremadura y La Rioja, las sopas canas a base de ajos, aceite, pimentón, pan duro, huevos y leche.
Caracoles en Cantabria
Y tras las entradas, el plato principal, que habitualmente pasa por los ya citados asados, o diversos guisos de carne, especialmente pavo, cordero y pollo, incluso en algunas zonas el conejo, pero que también incluye, en muchas ocasiones, el pescado. Si hay uno que se asocia a las celebraciones de estos días es el besugo, muy tradicional sobre todo en Madrid, en el País Vasco y en Asturias. En La Rioja este pescado se prepara con pimientos. El bacalao es otro pescado muy habitual. Además del ya citado con coliflor, tradicional en Galicia, lo encontramos, al ajoarriero en Aragón, en ensalada en La Rioja, y a la vizcaína en los caseríos del País Vasco. En Cantabria, los caracoles a la montañesa son también muy populares. Para cerrar la Navidad, en Cataluña, el 26 de diciembre se celebra San Esteban, un día en el que la tradición impone los canelones, buen ejemplo de la cocina de aprovechamiento ya que antes se hacían con los restos de la comida del día 25.