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Destinos / CANGREJADAS, MARISMAS, PLAYAS DE POSTAL Y ARTE EN EL RINCÓN MÁS SECRETO DEL ALGARVE

'Sapateira' en Carrapateira

Día 11/10/2012 - 16.44h
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
Las opciones restauradoras en esta zona del Algarve son económicas y muy satisfactorias
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
Da verdadero gusto encontrar playas vírgenes en las que olvidarse del progreso
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
La 'experiencia sapateira' es absolutamente imprescindible en el Algarve
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
Los motivos marineros decoran el acogedor restaurante
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
Los bueyes de mar aguardan su momento en el acuario
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
Este artístico reclamo informa de la presencia del restaurante
Foto: RODRIGO HERNÁNDEZ
Hasta donde alcanza la vista nada recuerda la presencia del se humano 
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A pocos kilómetros al sur, siguiendo por un carril de casi un solo sentido, entre colinas verdosas se llega a una ensenada, la playa de Amado. Arriba, un aparcamiento plagado de caravanas que sirven de alojamientos a surfistas. La estampa es idílica, ya que se me hace extraño encontrar algo tan virgen, sin edificios a la vista. El camino se puede continuar en ascenso; a mayor altura cada vez mejores vistas. Incluso se puede hacer una parada en el restaurante Sitio do Forno para disfrutar del paisaje con un buen plato portugués sobre la mesa. De repente la lluvia empieza a caer envolviendo todo a un ambiente más romántico. Sin duda entran ganas de estar aquí una buena temporada.

El otro lugar que no hay que dejar pasar es la 'Praia da Bordeira', donde las dunas son las protagonistas. Un paisaje entre lagunas y matorrales por los que se puede ir caminando por pasarelas habilitadas para no agredir el medio ambiente. Aunque tristemente vi mucha basura abandonada, qué pena que haya gente que venga aquí sin cuidar lo que le rodea. La dorada arena de la playa entre el mar y una pequeña marisma otorgan un punto de magia a un rincón perfecto para perderse del resto del mundo.

Para calmar el apetito no habrá que ir muy lejos, ya que está el restaurante Sitio do Rio, donde una pecera repleta con crustáceos nos animará. Yo por supuesto no lo dudé: miré alrededor y me percate de que la mayoría de los comensales apuestan por la 'sapateira', un buey de mar cocinado al estilo luso. Donde fueres haz lo que vieres. El camarero te pone todos los utensilios necesarios para descarnar las patas y pinzas del enorme cangrejo: tenazas, tabla, martillo y tenedores de marisco. Así que la comida es de lo más trabajada y el resultado excelente, sabrosísimo. Además la parte del caparazón lo mezclan con tortilla con un sabor intenso, particular, perfecto. Evidentemente también hay que pedir algún pescado a la plancha. Un acierto total la parada técnica para el avituallamiento, de hecho merece la pena haber venido tan sólo por la cangrejada.

DEL ARTE A LA NATURALEZA

Tras la ingesta de comida, una pincelada cultural. Acudo al Museo del Mar y de la Tierra de Carrapateira, un espacio contemporáneo que mediante exposiciones pretende unir el pasado pesquero y agrícola con el futuro, sin que el medio ambiente se vea afectado. Siguiendo con la oferta cultural hay que acercarse a la Fortaleza de Carrapateira, del siglo XVII, un enclave de mucho movimiento en aquel momento, ya que era un punto de desembarco fácil para piratas marroquíes. En el cercano pueblo de Bordeira, una parroquia del siglo XVIII contiene imágenes centenarias como las de Nuestra Señora de la Encarnación, Nuestra Señora del Rosario, San Antonio, San Francisco o San Sebastián. Siendo esta última del siglo XVI. Una delicia apurar el día contemplando arte envuelto en una suave brisa marina.

Esta zona del sur de Portugal también se puede explorar desde el punto de vista natural, ya que el parque que la rodea alberga muchas especies endémicas de plantas, más de 40. Incluso con algo de suerte se podrá divisar algún zorro o jabalí. Sólo me queda esperar que perdure mucho tiempo este derroque de naturaleza que está ahí al lado, a la vuelta de la esquina.

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