El convento de San Guillermo en Castielfabib, unas ruinas históricas con futuro
Empieza la VIII campaña de excavación arqueológica para recuperar las ruinas del convento
Al otro lado de las hoces del Ebrón, en el municipio valenciano de Castielfabib , se encuentran las ruinas de lo que algún día fue un complejo monástico destacado en toda la zona: el convento de San Guillermo de Castielfabib . La fachada principal y los muros de dos capillas laterales, con restos de decoración en yesería hacen intuir que hace unos siglos hubo mucho más que campos de secano al otro lado del río.
Esta ruina arquitectónica despertó, hace unos 10 años, entre un grupo de vecinos y veraneantes, la necesidad de frenar la ruina y evitar su desaparición. Sin medios económicos pero con el espíritu de comunidad patrimonial se unieron en asociación cultural para canalizar todas las iniciativas para dirigidas a lograr un objetivo: recuperar el antiguo convento de San Guillermo. El espacio, de propiedad municipal, es gestionado desde entonces por la propia asociación que como entidad jurídica, informa Ep .
Las diversas campañas de restauración y excavación han sido elegidas como actividad de interés europeo y este año forman parte del conjunto de actividades que el Consejo de Europa destaca en su mapa de jornadas europeas del patrimonio.Todas estas fases de trabajo le han llevado a conseguir salir de la temida «lista roja» de Hispania Nostra que recoge aquellos elementos del Patrimonio Cultural Español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
Construido en el siglo XIV
Construido por los Agustinos en el siglo XIV, fue ocupado más tarde por Carmelitas. Al comienzo del último tercio del siglo XVI, el convento fue ocupado por los Franciscanos Observantes de Valencia, que lo poseyeron desde 1577 hasta 1835, fecha en que lo desalojaron definitivamente por la Desamortización. Las actuales ruinas pertenecen al siglo XVIII. Tras la Desamortización, el convento fue abandonado y sus edificios se perdieron. Consta la demolición de la iglesia conventual y otras construcciones. Sus piedras se usaron para la construcción de un canal.
El retablo fue destruido durante la Guerra Civil, aunque no en su totalidad, ya que algunos restos se conservan todavía en la parroquia de Casas Bajas.
La tradición vincula el convento con San Guillermo de Poitiers, Duque de Aquitania (1071-1126), que quedó prendado del encanto, silencio y paz del lugar y quiso quedarse a vivir como ermitaño, donde moriría rodeado de gran fama de santidad.
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