La práctica del esquí se ha ido haciendo cada día más popular. Miles de aficionados al deporte blanco llenan las cumbres en busca del descenso perfecto, pero a nadie se le había ocurrido buscar la adrenalina en el interior de un edificio abandonado.
Alaska es el lugar elegido por este joven que se calza los esquíes y se desliza por escaleras convertidas en estrechas rampas y salta por ventanas para salir al exterior con increíbles pirueta.