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Destinos / UN PASEO POR EL PUEBLO QUE SIRVE DE ESCENARIO A LA MÍTICA PELÍCULA DE BENIGNI

La vita è bella en Arezzo

Día 05/10/2012 - 15.32h

Tres Oscars de Hollywood, medio centenar de premios internacionales, una banda sonora inolvidable, una frase para despertar a todas las princesas de este mundo y sobre todo, una de las películas más hermosas que muchos de nosotros veremos jamás... La vida no es bella por las alfombras rojas, lo es por historias como la que Roberto Benigni supo crear, protagonizar y plasmar en cine en el año 1997. La vita è bella. Y lo es, entre otras muchas cosas, por el lugar donde fue rodada: Arezzo.

Foto: FLICKR / ANGUS KIRK
Un mercadillo de arte llena de vida una de las encantadoras plazas del centro de Arezzo
Foto: FLICKR / CHARLES ROFFEY
El interior de la Basílica de San Francisco sobrecoge tanto al devoto como al que no cree
Foto: FLICKR / DAVID NICHOLS
En la Piazza Grande se puede visitar el espléndido palacio de la Hermandad de los Laicos
Foto: FLICKR / MÓNICA ARELLANO
En las cercanías de la ciudad hay un espléndido puente románico del siglo XIII
Foto: FLICKR / ONDABLV
El magnífico estado de conservación del casco histórico de Arezzo nos traslada en el tiempo
Foto: FLICKR / ONDABLV
Un reposado paseo por Arezzo nos lleva a la acogedora plaza de San Agustín
Foto: FLICKR / ANGUS KIRK
Las poblaciones de la Toscana presentan un irresistible encanto a cada rincón
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Localidad situada a 75 kilómetros de Florencia, Arezzo es uno de los rincones que no hay que perderse cuando se quiere descubrir la región italiana de La Toscana, desde hace algunos años especialmente más visitada porque en ella puedes descubrir muchos de los escenarios de la película, sobre todo de su primera parte. Pero no hay que quedarse ahí. Déjate sorprender por todo lo demás. De hecho, los oriundos no son dados a explotar hasta lo insaciable el tema película, sino que pasean por sus calles casi sorprendidos por los turistas que gritamos: "¡aquí, aquí es donde Guido se cae con la bicicleta sobre Dora!".

Así que pasea, pasea por la plaza del Duomo, por sus escalinatas... ¿te suenan, verdad? A lo mejor con lluvia, con un Guido empeñado en convencer a Dora que son el uno para el otro mientras le sostiene un paraguas improvisado con un cojín y mientras extiende una alfombra roja por las escaleras para que caminen bajo la lluvia, entonces quizá sí recuerdes algo... pero tú sigue paseando hasta encontrar la Basílica de San Francesco y reconocerás otra de las escenas de la película (una bicicleta, una familia, un beso).

Aprovecha para ver su interior, repleto de frescos de Piero de la Francesca, color y luz que confronta con lo tosco de su inacabada fachada. Sigue, pasea, pasea hasta la Piazza Grande o Piazza Vasari, la mayor de Arezzo, flanqueada por casas medievales de torres almenadas y varios edificios importantes. A destacar Santa Maria della Pieve, preciosa iglesia típica del renacimiento italiano de esta zona, o su pozo en el centro, o las Logge o soportales que fueron obra de Giorgio Vasari, nacido en Arezzo, al igual que Petrarca, cuya casa natal se puede visitar (Via Orto, 28).

Déjate envolver por el encanto de esta plaza de diferentes alturas en la que discurre gran parte del primer tramo de la película. Acuérdate de Ferruccio y Guido haciendo de las suyas, o de la pareja en la misma noche lluviosa en la que Guido la conquista... (por cierto, totalmente recomendable la Giostra del Saracino, una fiesta medieval que se celebra en esta plaza los últimos domingos de agosto y septiembre). Seguiremos paseando y pronto reconoceremos más escenas de La vita è bella... la más llamativa quizá y cuya foto es imprescindible, la de aquella divertida secuencia de "¡¡María, la llave!!"... ¿la recordáis, verdad?

UN LUGAR DE PELÍCULA... OBVIAMENTE

"Buongorno Principessa!" decía Josué al salir de su escondite en la mesita de noche... Arezzo es un lugar donde la gente se da los buenos días porque todos se conocen. Déjate seducir por los olores y sabores de la pequeña y céntrica tienda La Antica Bottega Toscana. Descubre la buena cocina italiana y sobre todo la pasta hecha en casa, en Buca di San Francesco, en la calle con el mismo nombre. Un restaurante histórico en el que han comido grandes personajes como Charlie Chaplin, Salvador Dalí o el presidente estadounidense Harry Truman. Porque Arezzo es un lugar de película... y nunca mejor dicho.

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