Guía de Alimentos de España

Turismo agroalimentario: viajar por el placer del buen comer

A través de la gastronomía es posible conocer la esencia de un país, su cultura y su gente. España, donde en cualquier rincón se come bien, es uno de los destinos favoritos para un viaje así

Marisco en Galicia.

Belén Rodrigo

La gastronomía se ha convertido en un indiscutible atractivo turístico . La cultura culinaria del destino es un aliciente importante a la hora de viajar, y en el caso de España uno de sus estandartes tanto para los extranjeros que nos visitan cada año como para los propios españoles que optan por el turismo nacional.

Cualquier rincón de nuestro país ofrece una rica y variada oferta gastronómica, en la que no faltan platos tradicionales, las tapas o la mejor alta cocina. Y es que no podemos olvidar que España cuenta con 11 restaurantes con tres estrellas Michelin, 36 con dos y 194 con una estrella .

Con una primera vuelta rápida por España ya encontramos razones suficientes para viajar guiados por el paladar y disfrutar de algunos de sus mejores platos. Comenzando por las islas, en Canarias son conocidas sus papas arrugás, una de sus señas de identidad, y en Baleares la sobrasada, elaborada con carne de cerdo y sazonada con pimentón y pimienta.

Ya en la península , el gazpacho andaluz, el jamón ibérico de bellota extremeño, el cochinillo asado castellano, el pisto manchego, la paella valenciana, la menestra de verduras navarra, el zarangollo murciano (calabacín, huevo y cebolla), el cocido madrileño, el ternasco aragonés, las patatas a la riojana, la fabada asturiana, el bacalao pil-pil vasco, el pulpo a la gallega, el cocido montañés cántabro y la esqueixada catalana elaboran un mapa de sabores único, y esto es solo un aperitivo.

En Castilla y León la gastronomía complementa su rica oferta cultural, en la que encontramos uno de los monumentos más antiguos del país, el Acueducto de Segovia. En esta provincia no faltan lugares pintorescos como Pedraza o señoriales como La Granja en los que disfrutar de un buen cochinillo asado o de sus clásicos judiones. Entre sus especialidades también están el cordero de Sepúlveda, las truchas, las perdices a la segoviana y el ponche segoviana. Ya en Valladolid, la capital castellanoleonesa, el lechazo es todo un arte y llega a la mesa con piel crujiente y carne tierna y sabrosa. En Burgos su morcilla es todo un manjar, aunque también son famosas las de Aranda, Valladolid o León. En Salamanca no puede faltar degustar el jamón de Guijuelo y las lentejas de Armuña, mientras que en Zamora, además del lechazo, el bacalao a la tranca, las setas y el arroz a la zamorana son algunas de sus especialidades. En Palencia destaca, en tanto, la carne de Cervera de Pisuerga, la cecina de Valle de Villarramiel, así como sus quesos y revueltos. La sopa de ajo (se dice que es la más antigua de Castilla) y la sopa castellana son otros de los atractivos gastronómicos de la región.

En el norte, en Galicia , una mariscada y un vino albariño son elección segura, en pueblos tan especiales como por ejemplo combarro. En Lugo se puede hacer la ruta de quesos con DOP en O Cebreiro. En esta región la carne se prepara de forma especial, con un adobo llamado raxo o zorza, que incluye pimentón , aceite de oliva y orégano. Ya en Asturias no puede faltar la sidra, un cachopo y las fabes. Sitios como Cudillero, Ribadesella o Lastres permiten disfrutar de la buena comida en parajes de postal. En Cantabria , por su parte, es famoso el cocido lebaniego de Potes y las sardinas y anchoas de las marismas de Santoña. Visitar el País Vasco implica disrutar de las mejores rutas de pinchos y su txakolí.

La gastronomía de Toledo se basa en platos fuertes y contundentes como el carcamusas (de ternera), las migas, la perdiz estofada, la caldereta o el cochifrito. Su cocina nace de las influencias cristianas, moriscas y sefardíes, destacando los guisos con productos de caza. Sin salir de La Mancha se puede realizar la Ruta del Azafrán, en la que es posible disfrutar de recetas de arroces, potajes, guisos, asados, platos de cocina tradicional y productos como el queso y el cordero manchego.

En Madrid el cocido es su plato por excelencia y también el más popular, al igual que los callos. La tortilla de patata, el bocadillo de calamares y las patatas bravas no faltan en cualquier carta de tapas de la capital. Y a pesar de no tener mar, en la ciudad también abunda el pescado, como el bacalao rebozado y el besugo al horno, y el marisco, con sus gambas a la plancha, cocidas o en gabardina. En los dulces muchas las opciones, como un buen chocolate con churros, las rosquillas de San Isidro, las torrijas, los barquillos, los buñuelos de viento, las palmeritas y los manolitos.

El jamón de Jabugo, el aceite de oliva y el pescaíto frito son tres aromas clásicos de la cocina andaluza que además representan los tres pasajes típicos de la región: la dehesa, los olivares y los puertos pesqueros. Entre sus mejores recetas hay mucho donde elegir: gazpacho, salmorejo, rabo de toro, cazón en adobo o atún encebollado.

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