Diez tentadores hoteles con spa y vistas a la nieve

Diez tentadores hoteles con spa y vistas a la nieve

Nada mejor para relajarse después de esquiar que disfrutar de los beneficios del hidromasaje en un spa en plena montaña

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Nada mejor para relajarse después de esquiar que disfrutar de los beneficios del hidromasaje en un spa en plena montaña

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  1. Meliá Sol y Nieve (Granada)

    La temporada de esquí lleva aparejadas estancias en excelentes hoteles que conceden a sus huéspedes servicios adicionales de verdadero lujo. Es el caso de alojamientos con tratamientos de salud basados en los beneficios del agua, en muchos casos, de origen termal. Estos spas o balnearios son el colofón perfecto tras pasar el día deslizándose por las mejores pistas de España.

    Masajes con chorros para olvidar las tensiones, burbujas relajantes que ayudan a conciliar el sueño, contrastes de agua que actúan estimulando los músculos… Los circuitos proporcionan a los esquiadores el contrapunto perfecto a una jornada de deporte blanco y, lo bueno, es que existen opciones en la mayoría de destinos blancos españoles. Una experiencia para vivir mientras en el exterior cae la nieve.

    Meliá Sol y Nieve, Sierra Nevada

    Un santuario en el que conciliar mente, cuerpo y espíritu. Así es el spa de este Meliá en la montaña granadina. Una experiencia para los sentidos en una extensa superficie que incluye un circuito hidrotermal, zona de relax y cabinas de tratamientos. La hora en el área de hidroterapia cuesta 35 euros durante la temporada alta de invierno.

    Aromas evocadores y música suave son también ingredientes de un universo casi mágico. Sobre la piscina dinámica, salpicada de cascadas, se alza un tragaluz en forma de pirámide cuyos cristales se teñirán de blanco. Otros alicientes de esta ruta hacia el confort son la sauna finlandesa, el baño turco, el pozo frío o el flotarium.

  2. Barceló Monasterio de Boltaña (Huesca)

    No solo de esquiar vive el hombre. Eso es algo que saben bien en este rincón del Pirineo de Aragón, alejado del barullo de las pistas pero en el que hay lugar para deportes como el esquí de fondo o las carreras de trineos. De lo que se trata es de aliviar tensiones en su spa, con un precio de 23 euros para los que se alojan en el hotel y de 27 para los que no.

    Desde el área de hidroterapia hay unas magníficas vistas. Los clientes pueden deleitarse con ellas mientras los cuerpos reviven gracias a los géisers drenantes y las piscinas en forma de trébol a diferentes temperaturas. Spa turco, duchas sensoriales, camillas calefactadas con pulverización de aromas…

  3. Santos Val de Neu (Lérida)

    Baqueira Beret es sinónimo de glamour. Los hoteles que la rodean hacen del lujo su característica más notable. Uno de los mejores ejemplos de 5 estrellas es Val de Neu, con un amplio catálogo de servicios «après-ski». El circuito termal tiene un precio de 38 euros, tanto para clientes como para no clientes, y dura 90 minutos. Su aforo es de 20 personas/hora.

    La piscina lúdica te recibirá con chorros subacuáticos y cervicales, camas de agua, cuello de cisne y una temperatura muy agradable. Los tratamientos de Sisley son la excusa perfecta para dejarse mimar de la cabeza a los pies tras el esfuerzo deportivo. Desde el jacuzzi exterior se aprecia la majestuosidad del Pirineo leridano.

  4. Hotel Saliecho (Huesca)

    El emplazamiento del Club de Salud de este alojamiento es excepcional. En pleno Valle del Tena nos espera un lugar idóneo para evadirnos tras una intensa jornada subiendo y bajando las pistas. El equipamiento está pensado para multiplicar el bienestar, dado que la piscina tiene dos partes diferenciadas, una interior y otra al aire libre.

    Es un placer darse un chapuzón en agua caliente con la nieve alrededor para descansar acto seguido en una tumbona que emite calor. Dentro de este spa también hay un gimnasio para poner a tono la musculatura, así como cabinas para recibir tratamientos de belleza. La carta es muy amplia: masajes, envolturas, rayos UVA…

  5. Hotel Santa Cristina Petit Spa (Huesca)

    En pleno camino de Santiago, muy cerca de la frontera con Francia, se halla este área de relax de 59 metros cuadrados. Algunos de sus placeres son una sauna, una bañera de hidromasaje, un baño de vapor y una piscina cubierta desde la que observar cómo el exterior se va cubriendo de una copiosa capa de nieve.

    El precio para los clientes es de 8 euros/hora. La diferencia frente a los de fuera no es muy alta, dado que solo tendrán que pagar dos euros más. El hotel ofrece paquetes muy interesantes que combinan la estancia con masajes, vuelos sin motor y buena mesa, por si esquiar te sabe a poco. Los forfaits de Astún y Candanchú pueden adquirirse en el hotel.

  6. Balneario de Panticosa (Huesca)

    El poder del líquido elemento es innegable. Para interiorizar todo lo que estas instalaciones pueden hacer por sus visitantes quizá haga falta más de un fin de semana. La zona de piscinas es un paraíso dentro del balneario donde el agua es protagonista. El circuito termal cuesta 36 euros. Hay programas especiales para parejas con masaje por 155 euros.

    El paisaje es un lujo añadido mientras te bañas en una piscina exterior calentita. Bajo techo esperan una central con camas de burbujas y otros complementos para la salud. El espacio tiene una piscina aromática, otra de contraste, otra de cromoterapia… Tras el paseo termal, viene bien el relax en el solárium, con vistas a la montaña.

  7. Guitart Termes La Collada (Gerona)

    El rumor del agua será uno de los pocos sonidos que se perciben en este lugar. El silencio arropado por agradables esencias y burbujas reconfortantes. Este templo del wellness nevado es un homenaje al cuidado personal, dada la estudiada oferta de tratamientos estéticos, fisioterapia, balneoterapia y fitness.

    Los servicios del spa incluyen piscina lúdica activa, camas de masaje, jacuzzis y mucho más. Desde 58 euros por persona en temporada baja, se puede pasar una noche en habitación doble con vistas a la montaña, además de aprovechar el circuito termal y otros caprichos como una botella de cava o un cóctel romántico tras la cena.

  8. Hotel Banhs de Tredòs (Lérida)

    Este alojamiento en el Valle de Arán aprovecha una surgencia termal natural. El manantial fluye hasta un circuito termal exterior con piscina cubierta, spa de seis plazas y sauna finlandesa. Los clientes disfrutarán de este servicio sin límite de tiempo por 10,70 euros todo el día. Los externos pagan 21,50 euros.

    Existe otro circuito interior en el que es posible contratar experiencias como la ducha Vichy, el hidromasaje, diferentes masajes, fangoterapia y «pelling». La temperatura de estas aguas sulfurosas es constante durante todo el año, manteniéndose a 33 grados incluso en la piscina al aire libre. Bañarse en ella mientras todo lo demás se cubre de nieve es una gozada.

  9. Barceló Jaca (Huesca)

    A solo 20 minutos de estaciones como Formigal, Astún, Candanchú y Panticosa, este establecimiento de montaña se halla en un entorno único a pie de pista. La calidez de su diseño también se extiende hasta su spa, en el que descansar tras deslizarse por las pistas del Pirineo oscense.

    Los equipamientos incluyen dos piscinas, una de masaje a 34º C y otra oxigenante a 36º. A las duchas sensoriales se les une un pediluvio y un área de contraste térmico formada por un spa turco y otro romano. Todos estos servicios y algunos más incluidos en el circuito de aguas tienen un precio de 15 euros por cuarenta minutos; y 28 euros por noventa minutos.

  10. HG Maribel Sierra Nevada

    Salir esquiando de la puerta del hotel es una aspiración para todos los aficionados a las cumbres blancas. En este alojamiento construido a pie de pistas casi es posible. Un minibús gratuito lleva a los clientes a la plaza de Pradollano, en plena estación de esquí, con el fin de no perder ni un minuto.

    Con impresionantes vistas sobre la estación, este enclave hotelero también cuenta con una zona de relax con jacuzzi, sauna, solárium y servicio de masajes. Se trata de un establecimiento acogedor que hará las delicias de los adictos al deporte blanco por excelencia.

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