Destinos

Viajar

Destinos / LAS DIEZ ACTIVIDADES QUE LE SACAN EL JUGO A LA CAPITAL ALEMANA

Decálogo para triunfar en Berlín

Día 11/10/2012 - 17.42h
Foto: MARÍA POLO
En el museo de Pérgamo se encuentra la puerta de Ishtar de la mismísima Babilonia
Foto: MARÍA POLO
El contenido patrimonial de los museos berlineses es de primer nivel
Foto: FLICKR / DANIELA HARTMANN
La cúpula del Reichstag es una de las muchas estampas inconfundibles de la capital teutona
Foto: FLICKR / JOHN WILLIAMS
Uno no termina de haber visitado Berlín si no se toma en la calle un típico currywurst
Foto: FLICKR / LUCÍA PONCE
En el mercado de Mauerpark podemos encontrar lo más insospechado
Foto: FLICKR / ROEL WIJNANTS
La joya de la corona del Pergamonmuseum es la reconstrucción del altar de Zeus de la ciudad griega
Foto: FLICKR / SP8254
Una melancólica estampa del Tiergarten en pleno otoño
imagen anteriorimagen siguiente

1. Alquilar una bici. Los locales puede que te odien, pues para ellos es el medio para ir a trabajar, al súper o a llevar a los niños al cole y tú te pararás en cada esquina a contemplar algo, fascinado, y obstaculizarás el paso... Pero aprovecha los magníficos carriles bici, los buenos precios de alquiler (unos nueve o diez euros al día, dependiendo de cuántos jornadas las alquiles) y la gozada de poder conocer una ciudad parando aquí y allá a tu antojo.

2. Los museos. Todos (no es una exageración) merecen la pena aunque lógicamente no hay tiempo para la totalidad. En cualquier caso sería imperdonable no visitar lo siguiente: el Pergamon Museum (con su altar de Pérgamo, el real, entre otras maravillas) es un sí o sí. También el Neues Museum, con la reciente inaugurada reforma de David Chipperfield, considerado una de las glorias arquitectónicas del siglo XX... y además contiene el busto de Nefertiti en su interior. Es algo mágico.

3. Comer salchicha currywurst, preferiblemente en Curry 36, un estupendo imbiss en la Mehringdamm Strasse, esquina Gneisenau Strasse. Se trata de un plato típico de salchicha alemana con salsa de curry picante al que le han dedicado hasta ¡un museo en la ciudad! Entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche verás a los berlineses comerlo en cualquier esquina.

4. Mercadillo de Mauerpark, en el barrio de Prenzlauer Berg (precioso barrio boho chic). Parada de metro Eberwalderstrasse. Imprescindible ir a pasar el domingo. Hay puestos con todo lo imaginable, un karaoke gigante, 'performances', actuaciones espontáneas, equilibristas, venta de dulces caseros, comida vegetariana, salchichas al grill... y hasta un anciano con pinta de druida que lleva años allí y que hace pompas de jabón gigantes. De formas inversimiles. ¡Es genial!

5. Recorrer la East Side Gallery, el archiconocido tramo del muro pintado en 1990 por artistas de 21 países. Al final del muro, cruzas el puente de Oberbaumbrücke... es mi favorito de la ciudad. Ver el atardecer allí es mágico. No olvides que una vez cruzado, llegas al barrio de Kreuzberg. Un lugar imprescindible.

6. Una vez cruzado el puente, encuentras la Skalitzer Strasse. Allí encontrarás miles de terrazas y cafés y un ambiente muy 'Berlín'. Cada uno va a lo suyo pero con simpático respeto. Viste como quieras. Disfruta de una enorme taza del típico Milchcafe mientras contemplas la diversidad del mundo desfilar ante tus ojos...

7. Perderte en el Tiergarten, un parque de más de 200 hectáreas que cuenta con maravillosas esculturas, lagos donde navegar en barquitas, zorros, ardillas y hasta zonas gays o nudistas. E incluso gay-nudista... justo al lado de la zona de las Embajadas. ¡así es Berlín!! El parque se encuentra enmarcado por símbolos de la ciudad como la Puerta de Brandeburgo, el barrio parlamentario y gubernamental con el edificio del Reichstag (el parlamento alemán), el Palacio de Bellevue (palacio del Presidente de la República), la Potsdamer Platz y el emocionante Monumento en recuerdo de las víctimas del Holocausto (también imprescindible). Igualmente se encuentran la famosísima columna de la Victoria (lo único que se veía entre las masas de gente durante la celebración de las míticas y ya extintas Love Parade). Es recomendable recorrerlo con bici, porque es como adentrarte en un bosque y puedes acabar reventado tras tanto andar. En su interior se encuentra por cierto la Embajada de España. Justo al lado del imponente edificio que ocupa está el Café am neuen See, un precioso lugar para comer o tomar Kaffee-Kuchen (Café con tarta y qué tartas, señores).

8. Subir a la maravillosa cúpula del Reichstag, diseño de sir Norman Foster que corona el Parlamento alemán y simboliza la reunificación de este pueblo. Su diseño ecológico (optimiza el uso de la luz solar con más de 300 metros cuadrados de placas fotovoltaicas y aplica otras muchas ideas brillantes en relación a su gestión energética) y estéticamente impecable hacen de este diseño una joya arquitectónica. El acceso es gratuito y las magníficas vistas que se contemplan desde sus alturas hacen que suela tener largas colas para acceder a ella, pero merece la pena, sobre todo en días soleados.

9. El Treptower Park, a la orilla del río Spree, cuenta con el impresionante Monumento Conmemorativo a los Soldados Soviéticos, parte de un conjunto monumental que construyó el ejército rojo en honor a los más de 80.000 soldados de la extinta URSS que perdieron la vida al intentar derrotar a la Alemania nazi.

10. Tomar el tranvía para pasar el día en la cercana Potsdam, que es en realidad otra ciudad...una llena de palacios (el importantísimo Palacio de Sanssouci entre otros), maravillosos bosques con pabellones del XVIII, esculturas y árboles centenarios, jardines versallescos. También escenario de la Conferencia de Potsdam, un momento clave en la historia de Europa. Es un lugar mágico donde perderse. No es que esté obsesionada con el tema pero ¡llévense la bicicleta! Hay tanto que ver y la extensión de terreno es tan grande que me lo agradecerán. Por cierto, la bici puede ir con ustedes en el tranvía. Sólo hay que comprar un ticket extra para ella.

Compartir

  • Compartir

publicidad
Comentarios:
Camino de Santiago