«Podría darle mano a Armstrong»
Depende de con quien hables sobre él te encontrarás una versión profesional sobre su figura u otra más personal que no le deja nada bien parado de su época como corredor ciclista, ni tampoco de alguna de sus actuaciones. Quedan lejos los tiempos en los que Jonathan Vaughters (40 años), corrió en un equipo español, el Porcelanas Santa Clara, entre los años 1994 y 1996. Desde entonces su vida ha girado a velocidad de vértigo, primero como ciclista y luego como responsable del equipo Garmin, al que ha convertido en una de las mejores formaciones del mundo.
Pero si por algo se ha convertido en un personaje, querido y odiado a partes iguales, es por sus testimonios ante la Agencia Antidopaje Americana (Usada) y también por proteger a tres corredores de su equipo, Thomas Danielson, David Zabriskie y Christian Van de Velde, que fueron una parte importante en la condena que recibió Lance Armstrong, que le dejó sin sus siete Tour de Francia, y marcado de por vida.
Lo que dijeron esos tres ciclistas, que corrieron en distintas épocas de su vida con Armstrong, como Vaughters, resultó decisivo para hundir el mito americano. Se ha convertido en un apóstol del nuevo dopaje. Entre otras perlas, en una entrevista en el diario 'L'Equipe', Vaughters ha dicho: «No me sorprenden las revelaciones sobre el Tour de 1998, ni tampoco lo que ha dicho Jalabert. Yo también tuve que efectuar mi camino hacia la verdad y he visto cómo mis corredores lo han tenido que hacer. Es muy difícil admitir la verdad de lo que se ha hecho. Es muy duro y muy largo llegar al punto de decir: 'Voy a ser honesto'. En mi caso testifiqué ante la Usada y también de forma anónima en el 'New York Times', en 2006».
«Explicárselo a la familia»
Habla de sus corredores y dice que «para ellos todo comenzó en 2010, con la encuesta que llevó a cabo al agente del FBI Jeff Novitzky, y luego siguió con Travis Tygart, presidente de la Usada». En los años 2003, 2004 y 2005, explica: «Dije que nunca había visto a nadie doparse. Era mentira. Me lo volvieron a preguntar en 2008 y me dije: 'Es una buena cuestión, merece una respuesta, pero no se lo diré hoy'».
Según Vaugthers, «lo más difícil para una persona como Jalabert será explicarles todo a sus hijos, a su mujer, a sus seguidores, que piensan que él no era así». «Para mí, lo más duro fue decírselo a mi madre», dice.
Además de introducir muchas novedades tecnológicas, Vaughters ha pedido a sus corredores los códigos para poder entrar en sus pasaportes biológicos: «No es algo agradable, pero sí necesario. Tengo acceso a todos sus datos. Junto al médico del equipo controlamos a todos los corredores si vemos algo raro». ¿Qué es peor en el ciclismo, el dopaje o la mentira?
«Es la historia del ciclismo. Es la herencia que hemos recogido, nos guste a o no. ¿Que cultura había en el US Postal? Es distinta a la que había en otros equipos. La Usada hizo públicos los datos que tenía porque lo pedimos tanto mis corredores como yo. Mi esperanza es que un día solo tengamos que hablar de la carrera, no del dopaje. Confío en las nuevas generaciones. Corredores como Martin dicen que no han visto nunca una jeringa. Las nuevas generaciones tienen una cultura muy distinta». Sobre la UCI dice: «Cuando le comenté que íbamos a testificar contra la UCI, McQuaid me dijo que no teníamos nada que hacer, que él no apoyaría a la Usada. Cuando salió todo, le comenté: 'Debes de hablar con la Usada'. Cuando en 1994 la prensa habló del problema de la EPO, los dirigentes ciclistas dijeron que no era verdad, que eran solo algunos corredores».