El maillot amarillo británico Chris Froome , la cara opuesta de Lance Armstrong, parece tener todo servido para abrirse un gran bulevar hacia el triunfo en París del Tour de Francia 2013, pese a la acumulación de dificultades en los Alpes, en la tercera y última semana de prueba.
"El mejor escalador del mundo", retomando la expresión del patrón del equipo Sky, Dave Brailsford, se mostró por lejos como el más fuerte en las dos primeras metas en cumbre de la Grand Boucle, en las que encima se impuso. Ningún rival pudo seguirle la rueda, ni el escalador revelación de la prueba, el colombiano Nairo Quintana, que había tomado la delantera en el ascenso al mítico Mont Ventoux, el domingo.
Dos de las tres etapas alpinas, l'Alpe d'Huez (jueves) y el Semnoz (sábado), concluyen en cumbre. Por eso, son dos ocasiones más para que el británico de 28 años estire la ventaja frente a sus perseguidores que parecen resignados, a excepción del notable español Alberto Contador, dos veces ganador del Tour (2007 y 2009), pero tercero a 4.25 del líder.
Para ganar la centésima edición del Tour el próximo domingo, Froome dispone de otra jornada a su favor: la contrarreloj de 32,5 kilómetros, el miércoles, alrededor del lago de Serre-Ponçon, con un trazado más favorable que el de Mont Saint Michel, donde el alemán Tony Martin lo dejó en segundo lugar por un puñado de segundos. Aunque Contador debería esta vez perder menos tiempo sobre un circuito con dos subidas y también descensos, ejercicio que no es punto fuerte del ciclista nacido en Kenia.
Al frente de un equipo Sky debilitado (dos hombres menos), vulnerable (sobre todo en el plano), pero aún eficaz en la montaña, a la imagen del australiano Richie Porte en las subidas del Ventoux, el defensor del maillot amarillo corre pocos riesgos. Salvo accidente o enfermedad, Froome tiene todo servido para entrar de forma triunfa a los Campos Elíseos.
Además, el británico puede contar con el apoyo de otras formaciones, cada una con su propio interés, pero que cierran bien en los planes del Sky. Por ejemplo, los Movistar o Europcar, que rodaron a todo motor para llegar sin mucho retraso al pie del Ventoux.
En cambio, la lucha por las otras camisetas distintivas está más enredada. Si bien la verde parece prometida a Sagan, la blanca de mejor jóven está entre Quintana y Kwiatkowski, mientras que la de puntos rojos al mejor escalador tiene un abanico más grande aún: Froome, Quintana, Nieve o Rolland. En cuanto a la clasificación por equipos, el resultado final es todavía más dudoso, más allá que el Saxo de Contador parece el mejor armado para subir al podio en la capital francesa el próximo domingo.