Cadel Evans estuvo a punto de despedirse del podio en el día marcado por muchos como la última oportunidad para hacer sufrir a Bradley Wiggins, líder del Tour de Francia. La jornada se torció para el ganador de la edición pasada en el ascenso al Mur de Péguère a menos de cuarenta kilómetros de la meta por culpa de unos clavos de carpintero que alguien lanzó a la carretera provocando una treintena de pinchazos.
Evans fue uno de los más afectados. Pinchó tres veces durante la ascensión. «Ya me ha ocurrido dos veces en España algo parecido, y por eso no corro muy a menudo por allí», explicó Evans tras la etapa en declaraciones que recoge el diario italiano Il Corriere della Sera.
«Lo siento por todos los amigos españoles que tengo, pero es muy desagradable. Ya me ha costado una Vuelta y otras carreras, lamentablemente el mundo esta lleno de gente así», ha denunciado el ciclista. «A 70 kilómetros por hora es difícil ver un clavo», ha explicado. Ante el caos, Wiggins mandó parar al pelotón para esperar a Evans, que llegó gracias a la ayuda de sus compañeros del equipo BMC.
La prensa apunta a los españoles
Varios medios relacionan el acto vandálico con la afluencia de aficionados españoles en la etapa y la presencia de dos ciclistas del país en la fuga del día. «Que hubiera dos españoles en la fuga, incluyendo un vasco (cuyos seguidores naranjas siempre se desatan en los Pirineos y alrededores) es un detalle que cualquiera puede interpretar a su manera: pensar mal a veces se convierte en obsesión», sentencia el artículo del Corriere della Sera.
Lo mismo sucede en Australia, donde Fox Sports y Herald Sun sospechan de los españoles como autores del acto que frenó en seco las aspiraciones de Cadel Evans a ganar el Tour de Francia. El portal deportivo Fox Sports recuerda que en la Vuelta a España de 2009 Cadel Evans perdió sus opciones de conquistar la general al tener que esperar más de la cuenta a un cambio de rueda tras un pinchazo en Sierra Nevada.
«Pinché y dos mecánicos neutrales no fueron capaces de cambiarme la rueda», llegó a decir Evans. «Los periodistas y fotográfos bloqueaban la carretera y el coche del equipo no podía llegar para ayudarme, así que me quede varado», denunció.
La organización del Tour de Francia explicó este domingo que todaía no habían identificado a las personas que lanzaron los clavos pero anunció que la policía francesa estaba investigando lo ocurrido.