Assassin's Creed es una saga que poco a poco ha sufrido el desgaste que supone lanzar una nueva entrega cada año, desde el lanzamiento de su segunda entrega. Tras La Hermandad y Revelations, Ubisoft trae de vuelta la franquicia con un nuevo personaje, bajo un nuevo marco histórico y potenciado por una nueva versión de su motor grafico.
Assassin's Creed III tiene lugar en la Norteamérica de la Guerra de Independencia y pone al jugador en la piel de Connor, un joven de padre británico y madre nativa que será adiestrado y criado por la tribu Mohawk. La lucha entre Asesinos y Templarios sigue siendo el núcleo principal de la historia, pese a vivir la vida de Connor desde su infancia hasta su ascensión como Asesino.
Esta nueva entrega cuenta con un personaje por descubrir, novedades jugables y numerosas mejoras en lo referente al aspecto técnico. Sin embargo, ¿son suficientes para sacar a la saga de su espiral de decadencia o es otro paso más hacia el respiro que la saga merece y necesita?
Assassin's Creed III da comienzo con un largo prólogo de aproximadamente tres horas en el que controlamos a un personaje totalmente distinto al protagonista. Pese a que dicho inicio puede parecer pesado resulta ser una de las piezas claves de la nueva historia de la saga, ya que cobra un peso argumental realmente importante para el argumento y la vida de Connor, el verdadero protagonista.
Posteriormente comenzamos a manejar a Connor desde su infancia, siendo la primera vez en la franquicia que manejamos al protagonista desde sus inicios. Lamentablemente aquí comienza uno de los altibajos del hilo argumental del título. Tras un prólogo de tres horas de duración el jugador debe jugar otras tres más de tutoriales maquillados en pinceladas de la historia del que posiblemente sea el protagonista más humano de la franquicia.
De este modo, el juego comienza cuando Connor consigue su túnica de asesino en el capítulo seis de doce que conforman la aventura. Connor es un hombre que creció entre nativos y que ve la vida y la muerte desde un punto de vista totalmente distinto al de los ciudadanos norteamericanos. Esto hace que su afán por liberar a los suyos le sitúe en mitad de los británicos y los revolucionarios, los dos bandos que dieron lugar a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América.
La jugabilidad de Assassin's Creed 3 nos da una de cal y otra de arena. Por un lado tenemos un sistema de combate que ha sido rediseñado para ofrecer algo más de profundidad, pese a que en su base sea idéntico al de anteriores entregas. Por otro, nuevas misiones secundarias y nuevos movimientos que ofrecen una mayor agilidad e integración con el escenario. El nuevo sistema de combate nos permite utilizar dos armas al mismo tiempo, una de cuerpo a cuerpo y otra de largo alcance, y ofrece una jugabilidad que se acerca más a lo visto en la saga Arkham de Batman que a lo habitual en Assassin's Creed. De este modo su combate es más difícil de dominar, menos repetitivo y con la posibilidad de realizar contraataques a varios enemigos a la vez.
Además de las misiones principales y las clásicas secundarias de conseguir objetos coleccionables o realizar favores a los ciudadanos, Assassin's Creed IIIañade la posibilidad de cazar animales en las tierras fronterizas o de participar en épicas batallas navales. El mapa de esta nueva entrega está dividido en ciudades, Boston y Nueva York, asentamientos y en un enorme bosque denominado Frontera. En dicho escenario tienen lugar muchas de las misiones secundarias, así como la administración de nuestra propia hacienda, y podremos pasar el tiempo cazando a todo tipo de animales.
Cazar ciertos animales es bastante fácil, ya que son abatidos con una simple y totalmente anecdótica secuencia de botones, pero otros resultan más complicados y requieren del uso de nuevos movimientos de sigilo. Connor es un nativo y vivir rodeado de la naturaleza le ha conferido una agilidad nunca vista en un personaje de la saga. Es capaz de trepar árboles y saltar de rama en rama hasta su objetivo. También es capaz de esconderse entre la maleza o de ocultarse tras las esquinas, un movimiento que los seguidores de la franquicia esperaban desde hace tiempo.
Sin embargo, uno de los mejores añadidos son las misiones navales, donde tomaremos parte en épicas batallas en mar abierto. Durante éstas podemos manejar libremente nuestra embarcación, que previamente podemos mejorar al igual que la hacienda, teniendo en cuenta la velocidad y fuerza del viento, el oleaje y la posición más apropiada para disparar nuestros cañones contra el enemigo. Las batallas navales no forman parte únicamente de las misiones alternativas, sino que además serán protagonistas de las secuencias más intensas del hilo principal de la aventura.
Por desgracia, no todo lo referente a la jugabilidad ha mejorado en Assassin's Creed III. Esta nueva entrega ha seguido algunos de los fallos de Revelations y le ha llevado a una pérdida total de la idea inicial de la franquicia. Tanto la primera como la segunda entrega de la saga apostaban por mundos enormes y abiertos donde podíamos afrontar cada objetivo a nuestro modo. En esta nueva entrega estamos limitados durante la amplia mayoría de misiones tanto principales como secundarias, a excepción de la cacería de animales.
Muchas de las misiones principales nos dejan directamente en el lugar donde todo sucede, con un espacio marcado del cual no debemos salir si queremos completar la misión. Las persecuciones se convierten en un dolor de cabeza por el hecho de contar con un camino preestablecido, que no se encuentra marcado en el mapa, del que si nos apartamos nos da la misión como fallida. Además, el objetivo al que perseguimos se detendrá en muchas ocasiones si nos lleva demasiada ventaja. El resultado es que la magnífica recreación de ciudades como Boston y Nueva York son un mero trámite en la historia principal y se convierten en un obstáculo jugable a la hora de completar las misiones.
A esto hay que añadirle que el juego cuenta con bugs o errores importantes que entorpecen la jugabilidad, pese a contar con una actualización que mejora este aspecto desde el día de salida. Con frecuencia los personajes se quedan atrapados en parte del escenario, especialmente cuando montas a caballo; saltan hacia un saliente indeseado, especialmente durante las persecuciones; o el mapa nos señala objetivos que ni siquiera se encuentran en dicha posición, obligando al jugador a reiniciar una misión tras completar el resto de objetivos de la misma.
Assassin's Creed III es una gran producción que, en su intento de abarcar demasiado, ha terminado por perder sus orígenes. Ofrece un gran abanico de posibilidades jugables, un escenario inmenso por el que movernos de forma más fluida que nunca, pero ha dejado atrás la libertad que caracteriza a un juego de mundo abierto y que hizo de Assassin's Creed II el mejor título de la saga hasta la fecha.
Assassin's Creed lleva contando con un modo multijugador desde la salida de La Hermandad. Desde entonces dicho modo ha ido evolucionando poco a poco con la llegada de cada entrega y de igual manera sucede con Assassin's Creed III. Este nuevo título incluso incluye nuevos personajes, habilidades y dos modos de juego.
El primero de los modos es Dominación, importado directamente del mismo modo de juego habitual en los títulos de acción en primera persona. Cada nivel cuenta con tres zonas que debemos dominar, permaneciendo dentro de sus límites, para conseguir cierta cantidad de puntos antes que el rival.
El segundo se denomina Manada de lobos y, a diferencia del resto, es un modo cooperativo. Los jugadores deben ayudarse entre sí para acabar con el mayor número posible de objetivos, controlados por la inteligencia artificial, dentro de un margen de tiempo por cada uno de ellos, de modo que cada presa será más difícil de asesinar que la anterior.
Assassin's Creed fue uno de los precursores en lo referente a animación en la actual generación. Los movimientos de Altair, el primer asesino de la franquicia, dejaron con la boca abierta a los asistentes y espectadores del E3 donde fue mostrado por primera vez. Con esta entrega, Ubisoft ha mejorado su motor gráfico para mostrar unos escenarios bellos y más vivos, así como nuevas animaciones que hacen de Connor un personaje más real y fluido.
Assassin's Creed IIIincorpora más de 1.000 animaciones nuevas en el personaje principal, lo que se traduce en unos movimientos mucho más orgánicos. Algo que se nota especialmente en la fluidez a la hora de escalar, andar por los árboles o al cambiar el pie de apoyo durante las carreras o los combates. También se ha mejorado la apariencia de los personajes y sus animaciones faciales, ahora mucho más expresivas.
Donde mejor se notan las mejoras técnicas es durante las batallas navales, donde se refleja el oleaje en el movimiento del barco, cuando paseamos libremente por los bosques de la frontera, donde la luz y los arbustos llenan un paisaje idílico, o en las guerras en campo abierto entre ambos bandos, donde podremos ver centenares de soldados en tiempo real.
El título llega doblado totalmente al castellano, y además permite elegir libremente el idioma de las voces y los subtítulos entre otros idiomas de la franja europea. El doblaje al castellano es bastante acertado, pese a no llegar al nivel de la versión original, y cuenta con invitados como Luís Tosar dando vida a George Washington. Además cuenta con detalles de documentación clásicos en la saga, como escuchar a Connor hablar en el idioma nativo de los Mohawk con sus compañeros de tribu.
Assassin's Creed IIIes mejor que las dos últimas entregas de la saga pero también es un síntoma de que se ha perdido el rumbo de libertad a la hora de jugar que ofrecía la idea original de la franquicia. Es la historia de un hombre entre dos tierras que debe encontrar su lugar en el mundo para elegir a qué bando pertenece. Una experiencia entretenida con un acabado técnico magnífico, pero falta del libre albedrío que se espera de un juego de mundo abierto.
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