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Skyrim, análisis

Día 06/02/2013 - 09.02h
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La saga Elder Scrolls alcanza con Skyrim su quinta entrega, desde que se iniciara en 1994 con Arena, título que nunca llegó a nuestro país.

Skyrim, análisis

La saga Elder Scrolls alcanza con Skyrim su quinta entrega, desde que se iniciara en 1994 con Arena, título que nunca llegó a nuestro país. La libertad de Arena continuó en Daggerfall y Morrowind, siendo esta última la entrega que mejor llegó a calar entre los aficionados a los juegos de rol. La profundidad de su trama y su extenso universo de juego han convertido al tercer episodio de la serie en un título fetiche para muchísimos jugadores.

Con el salto a la actual generación de consolas, Bethesda actualizó la saga con Oblivion, una apabullante mejoría técnica y de posibilidades de juego – ya de por sí abrumadoras – que consiguió numerosos galardones y se consagró como juego del año por méritos propios. Con este título como punto de referencia, Bethesda ha pasado los últimos cinco años desarrollando Skyrim para llevarlo un paso más allá, y conseguir el RPG definitivo. Para ello, han utilizado recursos tanto de Oblivion como de otra de sus series, la post-apocalíptica Fallout. Así, este títuloconcentra toda la experiencia de la desarrolladora en un único producto de dimensiones épicas.

La historia de los sangre de Dragón

La tierra de Tamriel se ve amenazado de nuevo por Alduin, el más antiguo de los Dragones , desterrado siglos atrás. Ahora ha vuelto para establecer su dominio sobre todas las tierras y las criaturas que las pueblan. Encarnamos a un sangre de Dragón, un descendiente de la estirpe de héroes que pudieron desterrar originalmente a Alduin y los de su clase. En términos prácticos, tomamos el rol de un matadragones, un héroe capaz de acabar con estas bestias aladas y además absorber sus almas para ganar poder. Obtenemos el ThuŽum – La Voz- que permite canalizar fuerzas mágicas por medio del sonido, para conseguir devastadores gritos.

El arranque de Skyrim es un ejercicio de épica por parte de Bethesda, sin alejarse sin embargo de las estructuras narrativas a las que nos tiene acostumbrados. Entramos en la historia en una pequeña mazmorra que, a modo de tutorial, nos guiará por los inicios del juego y los controles básicos. Antes, hemos conocido a algunos de los personajes claves de la trama, en un arranque guiado, casi cinematográfico, que nos da las pinceladas básicas de trasfondo para comprender dónde nos encontramos. Esto es Skyrim, la provincia norte de Tamriel, hogar de los Nórdicos y zona de nieves perpétuas. Tras completar la caverna inicial se presenta el gigantesco universo al jugador, desde un punto elevado sabiamente escogido, para que pueda contemplar la inacabable extensión de naturaleza que podrá explorar acto seguido.

Vivir en Skyrim

A partir de este momento, somos libres para hacer lo que queramos –literalmente- en las tierras nórdicas de Skyrim. Un diario de misiones nos acompaña y almacenará todas las tareas que pueden ser interesantes para realizar, tanto si son críticas para la trama central del juego como si son meras distracciones para ganar algo de dinero –y reputación- ayudando a aquellos que lo soliciten. Estas distracciones son tan abundantes que podemos pasar horas y horas simplemente cumpliendo misiones que nada tienen que ver con el devenir del mundo, Alduin o los dragones. La libertad aquí es una navaja de doble filo, y pronto veremos cómo nuestro registro de pendientes crece desmesuradamente.

Por supuesto, podemos dedicarnos únicamente a cumplir con los actos necesarios para progresar en la misión principal del juego, y encaminarnos hacia su final. Aun así, más de 60 horas de juego nos aguardan, y siempre resulta recomendable realizar ciertas tareas complementarias para mejorar el nivel de nuestro personaje, conseguir mejor equipo y potenciar habilidades. Además, existen una gran cantidad de sociedades y gremios a los que podremos unirnos para obtener ciertos beneficios, y que requerirán la realización previa de determinados objetivos.

Siguiendo la línea de la saga, Skyrim puede convertirse perfectamente en un simulador de vida, en el que podremos dotar a nuestro personaje de una identidad perfectamente definida. Pese a que el combate es una constante en el juego, también lo son otros aspectos como el comercio, la magia – no solo destructiva –, la artesanía o la alquimia. La combinación de todos estos elementos configura un universo tan grande de posibilidades, que encontrar dos partidas idénticas parece virtualmente imposible. Cada jugador dotará a su personaje de un carácter diferente, lo especializará en ciertas tareas y vivirá la historia de una forma u otra. La libertad es total, y el único que decide el ritmo de la historia es el propio jugador, coronado como rey del tiempo en un mundo que vive por sí mismo, sin variar sus ciclos por nuestra presencia.

De héroes, dragones, fuego y acero

Probablemente la novedad más importante respecto a Oblivion es el peso que la trama ha ganado, así como la importancia del personaje principal – y sus orígenes – sobre los acontecimientos del mundo. Con una provincia de Skyrim dividida entre dos facciones principales, una miríada de situaciones pueden aflorar en un conflicto bélico. Sin ánimo de desvelar más de lo debido, el papel de nuestro héroe va ganando un gran peso en los acontecimientos del norte de Tamriel. Mientras la trama avanza, iremos adquiriendo experiencia como sangre de dragón, aprendiendo palabras de poder que nos permitirán dar caza a estas bestias aladas mientras acosan a los habitantes de Skyrim.

Abatir dragones nos proporciona la capacidad de aprender nuevas palabras de poder, absorbiendo las almas de estas criaturas para nuestro propio beneficio. Como reseñábamos, el combate es una constante, aunque puede ser afrontado de muchas formas, según nuestro tipo de personaje. Esta decisión, casi inconsciente, viene determinada por los niveles de nuestras habilidades y por los puntos de especialización que hayamos invertido en ellas. En Skyrim, el sistema de habilidades de Oblivion se ha revisado y se ha simplificado, optando por uno basado en el uso, que mejora automáticamente las facetas del juego que más utilizamos. Los puntos de especialización se obtienen al subir de nivel de experiencia, y cada habilidad dispone de un árbol de especializaciones en forma de constelación, para mejorar puntos concretos de su uso.

Esto nos permite, por ejemplo, tener dos personajes basados en el sigilo y la ocultación, pero que uno sea un especialista absoluto con armas como dagas y veneno, mientras que otro puede basar su estilo de juego en el uso de arcos o magia. La segmentación de habilidades está muy bien realizada, y es posible crear arquetipos de jugador muy diferentes, pese a estar basados en las mismas ideas básicas. Extendiendo esto fuera del combate, el sistema de habilidades cubre una gran cantidad de áreas, incluyendo las relativas al comercio, fabricación de objetos, escuelas mágicas y generación de recursos.

La profundidad hecha videojuego

La gran cantidad de grupos independientes que operan en Skyrim hace que sea recomendable el entrar en alguno de ellos para ganar dinero, objetos e influencia. Según nuestra moralidad, tipo de personaje y objetivos personales encontraremos el adecuado para nosotros, sin que sean totalmente excluyentes unos de otros. El comercio, el robo, la guardia de personas o el asesinato son algunos de los campos que podemos explorar gracias a estos gremios. Gracias al sistema Radiant de Inteligencia Artificial, estas asociaciones pueden hacer el juego virtualmente inacabable. Al acceder a ellas, lo hacemos también a ciertas líneas de misiones de longitud infinita. Nuevas misiones se generan de forma dinámica cuando vamos cumpliendo las anteriores para dotarnos de un flujo constante de trabajos. Estas misiones son de objetivos sencillos y directos, proporcionando una fuente de ingresos constante y siempre disponible.

El vasto mundo de Skyrim nos proporciona más de un centenar de localizaciones por descubrir, entre las que encontraremos varias ciudades de importante tamaño, con sus comerciantes y posadas correspondientes. Si deseamos explotar la vía del comercio, podemos dedicar nuestro tiempo a buscar los mejores precios y convertirnos en agente de compraventa, forjando nosotros mismos algunos de los objetos en las diferentes herrerías que existen. Cualquiera que sea la forma en la que queramos vivir la vida virtual, el título ofrece una cantidad ingente de horas de juego, con tantas posibilidades como podamos imaginar.

De película

En la producción, como en todos los otros títulos, Bethesda no ha reparado en esfuerzos a la hora de conseguir que Skyrim tenga unos valores por encima de la media. El apartado visual se ha construido desde la base de un nuevo motor gráfico realizado para la ocasión. Los principales errores que se apreciaron en Oblivion – animación del personaje, sin ir muy lejos – se han solventado en gran medida, y el apartado visual global es fabuloso. El trabajo realizado sobre los efectos atmosféricos, el ciclo entre día y noche, las auroras boreales y la representación visual de modelos y efectos es sobresaliente, sin quedar exento este apartado de ciertos defectos como la baja calidad de texturas en su versión para consola.

Resulta sencillo quedar maravillado por los contrastes de Skyrim, con atardeceres cálidos que se pueden disfrutar desde los valles o las estrelladas y despejadas noches que nos dejan ver el frío paisaje y el estrellado firmamento. Cada zona del camino puede ser lugar para un retrato de postal, gracias al esmero de los artistas gráficos del juego, que han sabido insuflar vida y dotar de un ambiente especial al juego. Se ha aprovechado muy bien la ambientación nórdica para crear frondosos bosques, ríos con multitudes de tonalidades de azul y oscuros acantilados que desembocan en furiosas cataratas. Explorar las tierras nórdicas es un placer de por sí.

El apartado sonoro ha sido encargado a Jeremy Soule, un maestro en estas lides, que ya tiene experiencia en la saga. La banda sonora de Skyrim es de una calidad altísima, con un tema principal que se ha ganado el aprecio de los jugadores gracias al popular tráiler del juego. Épica fusionada con orquesta en una selección de cortes perfecta para la escala y el alcance del juego. Mención especial para el equipo de localización a nuestro idioma, que ha hecho el mayor trabajo de traducción y doblaje hecho en un videojuego hasta la fecha. La ingente cantidad de horas de locución ha requerido más de 50 actores diferentes, para conseguir un resultado excelente.

Observar el conjunto

Por supuesto, Skyrim tiene fallos, y de hecho el título se está haciendo famoso en la red por la cantidad y comicidad de sus errores. Sus posibilidades casi infinitas hacen que la aparición de errores y situaciones imprevistas sea muy elevada. Compañeros controlados por la I.A que desaparecen y vuelven a aparecer o problemas técnicos varios están a la orden del día, aunque la desarrolladora prepara ya el primer gran parche para el título. Sin embargo, haciendo un balance entre aspectos positivos y negativos, el volumen de aspectos positivos es ampliamente superior. Aunque ciertos errores pueden resultar llamativos o curiosos, todos pierden importancia al valorar en conjunto el monumental trabajo de Bethesda.

Estamos frente al título más grande del año, en todos los sentidos. Tanto en horas de juego como en volumen de contenido, Skyrim está en un nivel diferente al resto de títulos del 2011, siendo un juego virtualmente infinito. El título incorpora tal cantidad de misiones, personajes, objetos y conjuros que podemos pasar meses dentro de su universo, simplemente viviendo allí con nuestro personaje. Pese a sus fallos, que los tiene, el resultado final es simplemente excelente, convirtiendo a la quinta entrega de la saga Elder Scrolls en un imprescindible para todo amante de los videojuegos. En este sentido, Skyrim se acerca un poco más a los jugadores menos habituales en el género de los RPG, ofreciendo una interfaz sencilla y que simplifica la gestión a los menos iniciados – pese a que podría haberse aprovechado mucho mejor- a la hora de gestionar las posibilidades del juego.

Por todo, el trabajo de Bethesda merece ser degustado tranquilamente, sin prisa, dándonos tiempo para experimentar con el héroe, conocer la historia del continente y sus luchas internas y empaparse del rico trasfondo. Mientras el jugador realiza esta tarea, encontrará numerosas referencias a Oblivion, cuyos sucesos ocurren 200 años antes que los de esta quinta entrega. La historia futura está lista para ser escrita, cuando, cómo y desde la perspectiva que se dese. Sólo queda disfrutar de la aventura por el camino.

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