D-Wave, la única empresa que comercializa ordenadores cuánticos –aunque no exentos de cierta polémica– ha anunciado en una entrevista en The Washington Post que ya cuenta en sus laboratorios con una máquina de 1000 qubits. La cifra dobla su anterior record, y permitiría realizar cálculos extremadamente difíciles.
Aunque los principales investigadores académicos de esta tecnología no consideran lo que hace D-Wave un ordenador cuántico –porque no cumple todas las reglas, ni se puede usar para cualquier propósito–, la empresa ya ha conseguido vender sus máquinas a varias grandes empresas. Google, por ejemplo, la utilizó para optimizar un algoritmo de identificación de coches en imágenes.
Los ordenadores de D-Wave están especializados en optimización matemática. En ejecutar una serie de algoritmos muy concretos, pero que pueden ayudar a crear soluciones extremadamente eficientes. Para eso aprovechan algunas características especiales de las partículas subatómicas como la superposición de estados. Un qubit puede tener, simultáneamente, los valores cero y uno.
Cuando D-Wave consiguió pasar de 256 qubits a 512, ha explicado el vicepresidente de la compañía, consiguió mejorar su rendimiento 300.000 veces. Simplificando, cada qubit adicional permite duplicar la cantidad de operaciones matemáticas que se pueden realizar de manera simultánea.
A pesar de que los caminos de D-Wave y de la computación cuántica ‘pura’ no son los mismos, esta compañía –fundada en 1999– es la única que ofrece algo así en el mercado.
La computación cuántica, que todavía no se sabe si se podrá desarrollar plenamente como lo ha hecho la computación convencional, podría revolucionar lo que puede hacer un ordenador. Podría ayudar a realizar cálculos que, con los métodos actuales tardarían miles de años, en pocos minutos.