Nintendo sigue marcando su propio camino. Hace tiempo que la compañía se descolgó de la carrera por llevar a los hogares el hardware más potente de cada generación. En 2006 los nipones optaron por bajar la marcha y sorprendieron al público con una consola que cambiaba el mando tradicional, cada vez más complejo y lleno de botones, por un controlador casi diáfano, similar en aspecto al de un televisor, y con varios sensores para registrar el movimiento. Aquella decisión redefinió la industria, acercando el mundo del videojuego a personas que jamás habían tocado un 'pad'. Fue un éxito rotundo que, seis años más tarde, la compañía intentará repetir. La reválida en Europa la tiene el próximo viernes, con la salida al mercado de Wii U.
La vuelta de tuerca se encuentra ahora en lo que Nintendo llama juego asimétrico. Bajo estas dos palabras se esconde un concepto sencillo: una de las hasta cinco personas que pueden llegar participar en una misma partida jugará con unos objetivos y en unas condiciones distintas a las del resto. Tal posibilidad la brinda el GamePad. Sí, el punto diferencial vuelve a ser el mando, que en esta ocasión combina cruceta, botones, gatillos y sticks analógicos tradicionales con elementos más innovadores. A saber, un micrófono, acelerómetros, altavoces, una cámara de 1,3 megapíxeles, tecnología NFC, toma de auriculares y, lo más llamativo del conjunto, una pantalla táctil panorámica de 6,2 pulgadas y 480p de resolución. Es este híbrido de tableta con mandos el que permite, por ejemplo, que un jugador haga las veces de estratega mientras el resto de sus compañeros se lanzan hacia una batalla épica frente al televisor, o que se convierta en un fantasma invisible al que los otros jugadores, armados con los mandos de Wii, deben dar caza.
Lo cierto es que funciona. Más allá de sus posibilidades online -los de Kioto han prometido que esta vez la consola estará a la altura de las circunstancias y Miiverse, una plaza virtual que hace las veces de red social, parece un buen comienzo-, Wii U se esfuerza por ser el centro de atención en las reuniones de amigos y familiares en torno a la tele del salón. Quizá el ejemplo más claro de ello sea 'Nintendo Land', un 'parque de atracciones' con referencias a las mascotas de la compañía que se incluye con el pack premium de la consola y que sirve para mostrar las posibilidades que ofrece el mando en combinación con los clásicos controles de la Wii. Son doce juegos, muchos de ellos orientados al multijugador, sencillos, directos y tremendamente adictivos que toman el testigo de ese Wii Sports que divirtió a abuelos, padres y niños.
Otras funciones
Antaño, un mando como el GamePad podría haber asustado al usuario pero Nintendo juega con dos bazas a su favor. Por un lado, en estos seis años ha tenido tiempo de 'educar' a todo un nuevo espectro de jugadores. Por el otro, las pantallas táctiles se han convertido en el pan nuestro de cada día y la de Wii U se ve y responde fantásticamente bien, aunque no sea multitáctil. Que solo pese 500 gramos es la guinda de un pastel algo amargo por las escasas cuatro horas que, dicen, dura su batería. Es el punto débil de una pantalla que, por lo demás, contempla un gran número de funcionalidades. Así, el modo Off-TV, incluido en algunos títulos, permite apagar el televisor y continuar la partida en el GamePad. Dispone de un sistema de videoconferencia para charlar con otros jugadores, permite acceder a la World Wide Web y enviar las páginas a la televisión, utilizando el panel táctil como si de un ratón se tratara. Además, cuenta con un botón dedicado a la televisión que sirve para gestionar el catálogo de vídeo bajo demanda de servicios de contenidos.
En cuanto a la consola, la principal novedad es que su procesador, un IBM Power PC multinúcleo de 45 nanómetros, la tarjeta gráfica AMD y sus 2GB de RAM son capaces de reproducir los juegos en alta definición, una cota a la que Nintendo llega una generación tarde. La máquina, que sigue la estética de la Wii, cuenta con cuatro puertos USB 2.0, una ranura para tarjetas SD o SDHC de hasta 32GB, conexión WiFi y un lector de discos ópticos de formato propio en los que caben hasta 25GB por unidad. El presidente de la compañía ha asegurado que la consola es veinte veces más potente que Wii pero algunos desarrolladores han asegurado que Wii U es poco más potente que una PlayStation 3 o una Xbox 360, algo que a estas alturas de la generación -parece que Sony y Microsoft presentarán el año que viene sus nuevas plataformas- podría ser una temeridad.
Para el solitario
Cabe preguntarse también si, como ha ocurrido con su antecesora, Wii U quedará relegada a reuniones sociales y fiestas caseras. ¿Volverán las desarrolladoras a dejarse llevar por los ports de bajo nivel y los juegos baratos y tontos? ¿Encontrará el jugador tradicional joyas más allá de las obras maestras a las que acostumbra Nintendo? Desde luego la 'Gran N' no parece haberse quedado de brazos cruzados y ya ha lanzado varios guiños a los solitarios. Solo así puede explicarse la exclusiva de 'Bayonetta 2', secuela de un 'beat'em up' cuya primera parte se llevó la ovación de crítica y público, o la presencia de otros juegos en el catálogo de lanzamiento tan asociados por poderío gráfico a Xbox 360 y PlayStation 3 como 'Assassin's Creed III', 'Mass Effect 3', 'Batman Arkham City: Armored Edition' o 'Call of Duty: Black Ops 2'. De hecho, junto a la consola, Nintendo pondrá a la venta el Wii U Pro Controller, un mando más tradicional similar en aspecto al de Microsoft. Por si fuera poco, la compañía que dio a luz a Mario ha encontrado en Ubisoft un aliado que parece haber entendido las cualidades de la máquina a la perfección. 'Rayman Legends' y 'ZombiU', una plataforma y un 'shooter' en primera persona que llegan con el lanzamiento de la máquina, ofrecen usos muy originales que el resto de desarrolladores debería explorar.
Nintendo tiene trabajo por delante. Debe convencer a los que adquirieron la Wii, con más de 97 millones de unidades vendidas, de que Wii U es algo nuevo. El nombre elegido no parece un acierto y el hecho de que la máquina sea totalmente retrocompatible -los juegos y mandos de la antecesora funcionan a la perfección en la nueva máquina- puede llevar a pensar que se trata de una simple actualización. Más que enfrentarse a las consolas de Microsoft y Sony, la 'Gran N' lucha contra su propio legado. Es de esperar, pues, una gran campaña publicitaria que explique cuáles son las novedades. Sería una pena que no lo lograse porque la consola tiene un potencial increíble.