Los 'vigilantes' del volcán desde el mar: «Esto es incontrolable»
Los Servicios Marítimos y el GEAS de la Guardia Civil supervisan desde las aguas la zona de exclusión marítima. El equipo que lidera el capitán Durán ya tiene experiencia en erupciones: trabajaron en el 2011 en El Hierro
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«La cosa caliente está arriba, la gente tiene mucha incertidumbre». El capitán Durán , de los Servicios Marítimos de la Guardia Civil, sabe que la cara más dura de la tragedia se vive en el valle de Aridane, donde la colada de lava sigue extendiéndose a una velocidad de unos cuatro metros por hora. Pero no pueden quitar ojo al mar. Concretamente a la zona de exclusión marítima, desde Punta del Pozo (Puerto Nao, Los Llanos) hasta Playa de las Viñas (Tazacorte) y dos millas mar adentro .
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Alternándose con los submarinistas del GEAS intentan que siempre haya una embarcación en las aguas . «Trabajamos en turnos de cinco días y vigilamos toda la zona para lograr que nadie navegue por ella. Estamos en turnos de dos o cuatro horas y volvemos a repostar o a hacer mantenimiento. En principio, como servicio marítimo, estábamos preparados por si había que evacuar a la gente desde este puerto de Tazacorte. La suerte que ha habido es que antes de que el volcán estallase, ya se evacuó a casi todo el mundo», explica el capitán. «Ahora estamos a la espera de que llegue la lava al mar para ver lo que puede suceder. Sobre todo tenemos que evitar que la gente entre en la zona marítima de exclusión para evitar el peligro. También está entre nuestros objetivos impedir que las personas puedan acceder por mar a la zona de tierra. De momento, solo hemos tenido que sacar a dos que decían que se habían despistado », añade este guardia civil desde el puesto de mando de una de las dos naves que emplean para estas tareas.
«Tenemos esta patrullera media y otra más pequeña para acceder a la costa que es mucho más rápida y versátil y es justo lo que nos hace falta en esta zona, porque en Puerto Nao y la Bombilla no hay puerto, lo único que hay son piedras, así que hemos previsto unos embarcaderos», relata.
El capitán Durán y su equipo, con sede en el puerto de Tenerife pero destinados sine die a La Palma, no son novatos lidiando con erupciones volcánicas. «Nosotros ya estuvimos en el volcán de El Hierro de 2010 con máscaras antigás y todo, y al final no pasó nada. Con todo estuvimos dos meses allí . Al principio todo era incertidumbre, cogimos corriendo un avión… pero era distinto, el volcán estaba en el mar y solo se evacuó una población, por lo que el daño para los habitantes fue menor. Aquí hay gente que lo ha perdido todo . Hay desgracias, como un incendio, que se pueden controlar. Pero esto no. Es incontrolable».