La erupción de la Palma, vista desde el avión
En días con intervalos nubosos, el humo del volcán se mezcla con la niebla baja que adorna los picos de la isla
Qué efectos puede tener en la salud la nube de dióxido de azufre
La erupción del volcán de La Palma, en directo
«A ver si vamos a llegar justo cuando entra en erupción». «O nos desvían». En el madrugador vuelo que cubría ayer Madrid-La Palma apenas hay turistas. Ganan, por goleada, los periodistas que van a informar sobre la erupción histórica del volcán, aún sin nombre, de Cumbre Vieja. El aparato es una redacción volante. En las más de dos horas que dura el trayecto, se montan escaletas y guiones, se planifica y, en los últimos minutos, no se quita ojo de las ventanas. En cualquier momento se puede ver la nube de humo de la erupción.
Paralelo a la costa marroquí, el avión coge algunas turbulencias en su ruta. Pero el piloto tranquiliza a los ocupantes. No es cosa de los gases derivados de la erupción, que llevan las partículas contaminantes hacia el Sur. «Entiendo que están expectantes por saber si vamos a ver el volcán. La erupción se está produciendo en el tercio suroeste de la isla. El aeropuerto está en el tercio superior. Veremos las plumas de humo sobre los cráteres pero poco más ya que las bocas están más allá de la línea de montañas que cruza la isla y nosotros vamos a tratar de aproximarnos a la isla por el tercio superior para evitar posibles nubes de gases y cenizas».
El tiempo, nuboso, no ayuda a mejorar la visibilidad del archipiélago. Sobre todo, en la llegada a la Palma grabada o fotografiada por los reporteros gráficos que van en el avión (según corresponda), lo que destaca, incluso por encima de las nubes, es el Teide. Majestuoso, en silencio. Por suerte.
A escasos cinco minutos de aterrizar, el avión se mete en un mar de nubes que no permite distinguir la columna de humo de la erupción, que a vista de pájaro se mezcla con la niebla. Cuando se aclara el pasiaje, el avión está a punto de tomar tierra, y solo se ve la cara este de las montañas.
Ya habrá tiempo de ver el impactante espectáculo de la naturaleza que tiene a la isla de la Palma con el corazón en un puño. Por la noche, aún más sobrecogedor.
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