Unicef calcula que unos 20.000 niños han llegado solos a la frontera italiana en 2016
Han emprendido solos el peligroso viaje a Europa, desde el norte de África, sin que se sepa con exactitud el motivo de este aumento, reconoce Naciones Unidas
Según informaciones del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), difundidas este martes 18 de octubre en Ginebra, durante los nueve primeros meses de este año unos 20.000 niños refugiados y migrantes han emprendido solos el peligroso viaje a Europa, desde el norte de África, sin que se sepa con exactitud el motivo de este aumento.
La mayoría de los niños que viajan solos lo hacen en embarcaciones mal equipadas procedentes de Libia, Nigeria o Eritrea y Unicef sin la compañía de familiares o adultos que puedan protegerlos. La cifra de 2016 sobrepasa ampliamente la de 2015, año en el cual se contabilizaron 12,360 llegadas de niños a las costas italianas.
Según Unicef, el 91% de los niños migrantes que intentan alcanzar las costas italianas viajan solos en medio de una situación de gran estrés y sufriendo a menudo terribles heridas provocadas por el combustible de las embarcaciones. La organización no dispone de cifras respecto el número de niños que caen al mar, desde las embarcaciones, y no consiguen terminar el trayecto.
Los menores que viajan solos se ponen, a menudo, en manos de traficantes de personas que les obligan a trabajar para pagarse el viaje y, con frecuencia, sufren de explotación laboral o sexual. Sin embargo, a pesar de los riesgos miles de niños están actualmente dispuestos a intentarlo todo para llegar a las costas europeas.
De acuerdo con asistentes sociales italianos , numerosos niños y niñas de corta edad fueron obligados a prostituirse en Libia e incluso algunas niñas llegaron a Italia embarazadas. Se calcula que, a día de hoy, unos 235,000 migrantes se encuentran en Libia a la espera de atravesar el Mediterráneo, entre ellos hay numerosos niños no acompañados.
Unicef lanzó recientemente un llamamiento a las autoridades para que haga lo posible por identificar a los niños que viajan solos y para que se tome contacto con sus familias. También ha pedido que se cree un banco de datos internacionales y regionales para facilitar la búsqueda de menores ya que, por el momento, los medios disponibles son precarios.
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