CRISIS DE REFUGIADOS
Próximo destino: salvar vidas en las costas de Libia
La ONG Proactiva Open Arms parte la semana que viene con un velero renovado y medicalizado hacia el Mediterráneo Central
![Algunos de los tripulantes de la expedición, junto a Lo Monaco (tercero por la izq.)](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2016/06/20/proactiva-libia-kyCC--620x349@abc.jpg)
El barco cargado de solidaridad, a punto para partir. Proactiva Open Arms , la ONG española de socorristas que ayuda a los refugiados durante su travesía por mar, zarpará en breve hacia aguas del Mediterráneo Central para extender su atención humanitaria. Los voluntarios habían centrado sus operaciones en Lesbos , donde calculan que han ayudado a más de 140.000 personas, y ahora inician una nueva aventura para realizar tareas de vigilancia y salvamento frente a las costas de Libia.
La entidad ha elegido este destino porque tras el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para frenar la llegada de refugiados desde sus costas, se están instaurando nuevas rutas por el Mediterráneo Central, con trayectos más largos y, por este mismo motivo, más peligrosos. Proactiva actuará a unas 12 millas de las aguas territoriales de Libia, una de las nuevas puertas de acceso a Europa . El barco tenía que partir hoy, lunes 20, pero las intensas lluvias del pasado fin de semana en el litoral barcelonés han desatapdo algunos problemas técnicos que retrasan unos días la salida hacia el Mediterráneo.
Los socorristas trabajarán desde el Astral, un barco motovelero de 30 metros de eslora que fue diseñado por la escuela naval de los Estados Unidos en 1970 y que ha estado usándose como una embarcación de recreo. Era propiedad del empresario Livio Lo Monaco , que decidió cederlo a la ONG. «Era un barco para pasarlo bien, me lo había comprado con la ilusión de dar la vuelta al mundo, pero ahora es mucho más bonito», explica Livio, que recuerda como un día, mientras descansaba en la cubierta del velero, un amigo le mandó una foto de refugiados en pleno mar.
«Pensé que en el mismo mar en el que yo estaba tan tranquilo tomándome un café estaba muriendo gente» . Entonces decidió actuar y ahora Livio confía en que su iniciativa anime a otros a aportar su granito de arena en esta causa. Tras una remodelación integral, su Astral reúne las perfectas condiciones para ir a salvar vidas.
Lo que más destaca de este barco es el hecho de que está medicalizado: cuenta con un desfibrilador, un respirador, medicación varia y la conexión directa con el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona , que será el «tripulante cero» y asesorará por videollamada a los socorristas en cuanto lo necesiten.
Guillermo Cañardo , el médico voluntario de la expedición, explica que durante los rescates se encuentran con muchas personas que requieren reanimaciones y que presentan problemas de hipotermia, pero incide en que los cuadros médicos van más allá. «Atendemos a gente con hambre, frío y mucha angustia porque muchos no saben nadar y porque vienen de un viaje muy largo », asegura Guillermo, que comenta que también presentan muchas afecciones dermatológicas.
«Tantos como podamos»
Una tripulación de entre 8 y 10 profesionales del salvamento y las urgencias, todos ellos voluntarios, pasarán 15 días en alta mar y la plantilla se irá renovando desde Malta, que funcionará como campo base, explica Andreu Roldán , el capitán del Astral. El barco llevará dos lanchas –una a bordo y otra remolcada– con las que irán repartiendo entre 400 y 500 chalecos, que intentarán recuperar para reaprovecharlos. El Astral tiene, además, dos escaleras de piscina reformadas para que los refugiados puedan subir al barco en caso necesario.
Óscar Camps , el director de la ONG, recuerda que pretenden «salvar a tantos refugiados como podamos». «Viajan hacinados, en embarcaciones precarias y sobrecargadas. Ya por sí solas son una trampa y las condiciones meteorológicas y el pánico que tienen todos complican estos viajes», explica con crudeza.
La ONG actúa a partir de las aportaciones que recibe y que les permiten, por ejemplo, llenar los depósitos del Astral, lo que cuesta 16.000 euros. «Lo importante es que haya pequeños granos de arena: nosotros, solo con salvar una vida ya nos damos por conformes », sentencia.
Noticias relacionadas