Los vecinos desalojados, arropados por los Reyes: «No se olviden en unos meses de nosotros»
Don Felipe y Doña Letizia visitaron las zonas afectadas y a los evacuados por el estallido del volcán Cumbre Vieja
«Los palmeros saldrán adelante», dijo el Rey a quienes van a «reconstruir sus vidas», sepultadas por la lava
Estas son cinco de las erupciones más mortíferas y destructivas de la historia
Erupción del volcán de La Palma en directo
Los Reyes mostraron ayer su consuelo a todos los afectados por el estallido del volcán Cumbre Vieja, algunos de los cuales llevan cinco días fuera de sus hogares. Don Felipe y Doña Letizia estuvieron acompañados en su recorrido por las zonas más castigadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las autoridades locales.
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Sus Majestades los Reyes acudieron primero al patio exterior del acuartelamiento El Fuerte (en Breña Baja), donde hablaron con algunas de las personas que tuvieron que abandonar sus casas y que siguen evacuadas en este punto. Posteriormente, se trasladaron a la sede del Cabildo de La Palma y presidieron la reunión del comité del Plan de Emergencias Volcánicas de las Canarias. Y finalmente visitaron el puesto de mando avanzado que supervisa la crisis por la erupción y que está instalado en el Centro de visitantes Caldera de Taburiente.
Desde el primer momento los Reyes estuvieron atentos e interesados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja . El Rey está en contacto con las autoridades desde el pasado domingo para conocer todos los datos del avance de la colada de lava y la amenaza que supone su llegada al mar o la nube tóxica de gases emanados que arroja el contacto del magma con la superficie terrestre.
«Lo he perdido todo»
En todo momento se vio a los Reyes muy cercanos con los palmeros, a quienes Don Felipe transmitió la confianza plena de que saldrán adelante. Personas como Aníbal y María de los Ángeles, que aún no asimilan que tengan que empezar de cero y reconstruir una vida sepultada por las lenguas negras. «¿Tú has perdido la casita? Yo todo». Era, lamentablemente, la conversación más recurrente entre los corrillos de afectados que se congregaron ayer en la Plaza de la Laguna de los Llanos de Aridane para recibir el consuelo y la solidaridad de los Reyes, que comprobaron ‘in situ’ la magnitud de la tragedia.
María de los Ángeles se lamentaba de que tanto ella como su hermana y su hija han perdido su hogar. «Yo nací en el inmueble donde ahora vivía mi hermana y los dos se los ha llevado el volcán. Lo sabemos por los drones», comentaba la mujer, con mucho pesar.
No puede olvidar la erupción: «Es que parecía que lo teníamos enfrente [por el volcán], cuando comenzó a escupir lava. Y pude sacar poco, unos papeles, una cajita con fotos, otra de papá y mamá, y ropa para mi marido». « Pertenecemos a la zona del Paraíso », zona cero de la crisis. Tras el volcán, se han alojado diez personas con otro familiar. Pueden mantener esta situación «unos días». «Nos hemos quedado sin hogar y sin terreno. Esto está todavía sin calificar y encima del volcán no puedes construir».
La mujer sigue relatando que era adolescente cuando estalló el Teneguía, en 1971. Entonces el terremoto fue «muy fuerte». «Ahora el temblor no fue tan enorme, pero quizás nos ha cogido más de improviso, había temblores pero no como los del Teneguía y además, este explotó en una zona baja». Un desastre que no esperaban, cuenta emocionada.
María de los Ángeles fue una de las primeras afectadas a las que saludaron los monarcas. Los Reyes, tras visitar la zona cero, dedicaron varios minutos a conocer las historias que esconde cada lágrima que se les escapaba a los habitantes del Valle de Aridane al rememorar lo que fueron sus pueblos. La m adre de Aníbal, por ejemplo, a duras penas pudo evitar derrumbarse. «No pudimos coger nada. Teníamos por precaución enseres para estar un par de días fuera. Ahora, mis padres están en casa de unos abuelos, y yo me he podido alojar con unos amigos». Aníbal comenta, junto a su vecino Alberto, también desolado, que rescataron del desastre a sus mascotas y ahora se encuentran buscando una casa para alquilar.
«Esto es para vivirlo, no lo hemos asimilado -confiesa Aníbal con amargura-. Esperamos que nos ayuden y no se olviden de nosotros. Mi madre está muy afectada, a nivel psicológico necesitamos auxilio. Llevar esto es muy complicado. Hemos perdido la vivienda que hicieron mis padres cuando mi madre estaba embarazada. Llevan allí toda la vida, y se fue...».
El Rey prometió ayer a los damnificados que las ayudas llegarán y no les faltarán. «Hay que tirar del carro y sobreponerse -acota Alberto-. Yo soy bombero forestal y he estado muy mal, de baja. No he podido ayudar. Ahora me había recompuesto un poco, pero vuelvo a tener esa incertidumbre de no saber qué nos depara el futuro».
Alberto, no obstante, algo más pesimista, dice que lo peor llegará en dos o tres meses, si caen en el olvido. « Cuando nos veamos solos, será. Ahora vamos todos a una», deja abierta su alocución. Párrocos de la zona, voluntarios del Ayuntamiento y empleados del plátano, con graves pérdidas, conversaron con los Reyes. y Pedro Sánchez, que se mantuvo en segundo plano.
Don Felipe recordó al final del encuentro «el compromiso y la solidaridad de todos los españoles con los palmeros» y «el deseo de que esta ‘isla bonita’ siga siendo una joya». « No es fácil ponerse en la piel de quienes han perdido tanto. Incluso la memoria». Han perdido todo por lo que habían trabajando tanto, sostuvo firme. «Lo que hemos visto y vivido hoy no lo vamos a olvidar, pero La Palma saldrá adelante. Os quedáis con casi nada de golpe, pero contáis con la vida y la ayuda y solidaridad de los demás», añadió, subrayando que «no van a faltar ayudas». Sus últimas palabras de agradecimiento fueron para las fuerzas de seguridad, voluntarios y científicos. « Son una lección de capacidad y humanidad».