La República Checa prohíbe la importación de cadáveres de Alemania y Austria para ser cremados
Esperan un aumento adicional en el número de muertes, mientras varios de los 27 crematorios del país están cerca de su límite de capacidad o ya lo han alcanzado
La medida se aplicará desde este martes e inicialmente hasta el 22 de enero, aunque antes de esa fecha será revisada la situación para establecer si es necesario prolongar la prohibición. El anuncio lo ha hecho lunes la Consejería de Fomento Regional, responsable del sector funerario, y consiste en la prohibición de importar cadáveres del extranjero para ser cremados en crematorios checos. Afecta sobre todo a los crematorios en la zona fronteriza con Alemania y Austria, que vienen ofreciendo sus servicios para externalizar las cremaciones, en una situación de saturación en los países vecinos y el motivo que argumenta el Gobierno checo para esta restricción es el esperado aumento adicional en el número de muertes en la República Checa, según ha explicado la ministra regional Klara Dostalova. Varios de los 27 crematorios del país están cerca de su límite de capacidad o ya lo han alcanzado.
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En circunstancias normales, se pueden realizar hasta 700 cremaciones diarias en la República Checa , un país con 10,7 millones de habitantes. Esta capacidad ha aumentado a 800 para dar servicio a una situación de estrés causada por el coronavirus, en un territorio mayoritariamente ateo y en el que los entierros se han vuelto casi excepcionales . Pero el traslado constante en las últimas semanas de cuerpos procedentes de Austria y, sobre todo, de Alemania, ha sometido a los crematorios checos a una presión excepcional, en la que apenas dan abasto con los clientes nacionales y en la que a menudo el trasvase de cuerpos desde el extranjero reporta mayores beneficios, porque está sujeto a tarifas más altas.
4.283 nuevos casos en 24 horas
La República Checa está actualmente muy afectada por la pandemia . El lunes, las autoridades informaron sobre 4.283 nuevos casos en 24 horas. Hasta el momento se han registrado más de 835.000 infecciones confirmadas y 13.272 muertes desde que comenzó la pandemia.
Sajonia y Turingia, dos regiones del este de Alemania con particularmente afectados, son el punto de procedencia de la mayoría de cuerpos dispuestos para ser trasladados a la República Checa y que han quedado, debido a esta nueva prohibición, varados en las morgues locales. En Turingia hay 316 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en siete días, en Sajonia incluso 360, récord nacional en Alemania. La semana pasada se detectó por primera vez en Sajonia la variante del coronavirus de Gran Bretaña (B117), en un paciente de Dresde que había regresado de Londres antes de Navidad, y las autoridades atribuyen a esta mutación un aumento de la mortalidad que mantiene a los crematorios locales en una situación de colapso.
Jörg Schaldach, al frente del crematorio de Meissen, en Sajonia, describe que «las funerarias no pueden operar con sus coches fúnebres de una plaza y están alquilando camiones». Confirma que, dado que están saturados por el exceso de trabajo y tardan días en recoger los cuerpos para su cremación, ellos mismos han aconsejado a muchas familias buscar crematorios en la vecina República Checa, para salir del paso. «Nosotros no podemos trabajar más rápido, cada cremación lleva entre 30 y 40 minutos» . No solo los 24 empleados llevan trabajando semanas día y noche, sino también familiares y conocidos están trabajando a tiempo parcial, ayudando en el crematorio de Meissen. Los 7 días de la semana en tres turnos de ocho horas. Gestionan 60 cremaciones al día con los dos hornos disponibles, en diciembre consiguieron 1.375 cremaciones, en enero Schaldach espera hasta 1.600.
El doble de cremaciones de lo habitual, uno de cada dos ataúdes llega con el distintivo «Corona»
Schaldach lleva tres décadas trabajando en este crematorio, él mismo dice que lleva «un cuarto de millón de muertes detrás de mí». Pero a sus 57 años asegura que nunca había experimentado algo como esto. El doble de cremaciones de lo habitual, uno de cada dos ataúdes llega con el distintivo «Corona», que indica que deben extremarse las medidas de higiene y protección. «Aquí me gustaría ver a los que niegan la pandemia» , ironiza, mientras señala que, solo para la burocracia, actualmente se necesitan tres empleados en lugar de una persona, como tenían hasta noviembre.
«Sí, hemos estado derivando casos a crematorios de la República Checa, casos para los que aquí era ya imposible encontrar un crematorio», dice Steffi Wenk, directora de «LK Bestattungs- und Friedhofsdienste GmbH» en Löbau, en el distrito de Görlitz. «El estrés es extremo en este momento» , dice la empresaria de pompas fúnebres de 42 años.
Ella y sus tres empleados actualmente tienen se ocupan de una media de cinco o seis muertos por día. «Normalmente teníamos un máximo de dos muertes a la semana», recuerda. Sus cámaras frigoríficas ya no son suficientes. Como es invierno, han podido mantener por un corto tiempo algunos cuerpos en otras habitaciones, pero ahora que no es posible hacerlos llegar a la República Checa, se está planteando dejar de aceptar clientes, dado que se arriesga a colapsar su funeraria con ataúdes a los que no es posible dar salida.