Reabre Wuhan, epicentro del coronavirus, tras dos meses y medio de cuarentena
Con códigos QR de salud y certificados médicos, ya pueden salir los habitantes de esta ciudad china donde se desató la pandemia en enero
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Tras dos meses y medio de cierre y confinamientos masivos, este miércoles ha sido reabierta la ciudad de Wuhan , donde estalló en enero la pandemia del coronavirus que asuela el planeta. Salvo los cinco millones de habitantes que se calcula huyeron antes del cerrojazo de esta megalópolis ribereña del Yangtsé, sus seis millones restantes ya pueden por fin salir y viajar a otras partes del país. Para hacerlo, deben acreditar que están sanos con certificados médicos o códigos QR de salud en sus móviles, generados por aplicaciones que controlan su historial de enfermedades, movimientos y contactos . Más estrictos aún son los controles para viajar a Pekín, que requieren incluso la prueba del coronavirus.
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A medianoche se abrieron los peajes de las autopistas y a las 06:25 (00:25, hora peninsular española) partía de la estación de Hankou el primer tren que salía de Wuhan con pasajeros, con destino a Jingzhou, también en la provincia de Hubei. Para cubrir el evento, las autoridades habían invitado a la Prensa nacional y extranjera y en el andén había más periodistas y policías que pasajeros en los vagones.
Por su parte, un avión con destino a la isla tropical de Hainan , al sur del país, era el primero en despegar del aeropuerto de Tianhe. Allí, antes de acceder a los mostradores de facturación, enseñaba su código QR verde Zhang Chenyi, una maestra que llegó a Wuhan para visitar a su marido el 20 de enero, tres días antes del cierre por sorpresa, y se quedó atrapada en la cuarentena. «He pasado estos dos meses encerrada en casa. Ahora estoy muy contenta porque ya puedo volver a mi hogar y ver de nuevo a mi padre, a quien echo de menos», explicaba esta profesora de Sichuan, al suroeste del país. Con un gorro de pescador y una visera protegiéndole el rostro, Zhang Chenyi contaba que «estaba ansiosa por volver porque las clases en mi escuela empezaron el día 1 y yo tendré que esperar a terminar la cuarentena de dos semanas para incorporarme». Esposa de militar, confía plenamente en las cifras oficiales del Gobierno, para el que no tiene ningún reproche pese a haber intentado ocultar la epidemia silenciando a los médicos que alertaron de la aparición de una nueva enfermedad. «Nuestro país ha hecho todo lo posible por cuidar de la salud de la gente, pero esta enfermedad es ahora un problema global», se encogía de hombros con resignación.
A las mascarillas que lleva todo el mundo en China se suman ahora los fantasmagóricos monos blancos de protección con los que van pertrechados muchos viajeros en las estaciones de tren y el aeropuerto. «No tengo miedo y creo que, si el coronavirus tiene que pillarte, lo va a hacer. Pero la seguridad es lo primero y hay que tomar todas las medidas», razonaba Zhou Zhen, un pinche de cocina de 19 años que trabaja en un restaurante en Wuhan y volvía a su ciudad natal, Nanning, en la provincia de Jiangxi. «Ahora que se ha levantado el cierre, solo quiero volver con mi familia», declaraba feliz el joven, que ha pasado estos dos meses «encerrado en el dormitorio de la empresa, adonde nos traían la comida». Con una sonrisa tras la mascarilla, arrastraba la maleta cruzándose con otros viajeros, entre ellos madres con niños, ataviados con estos siniestros trajes blancos, símbolo de la nueva normalidad del mundo post-coronavirus hasta que se descubra una vacuna o haya medicinas eficaces para combatirlo.
Para conmemorar la reapertura del aeropuerto, que no tendrá vuelos directos a Pekín para proteger la capital, una ceremonia recordó el sufrimiento durante estos dos meses de Wuhan , que registra 50.000 de los 80.000 contagiados y 2.500 de los 3.300 fallecidos. Pero el tono fue más bien festivo y propagandístico, como quedó claro cuando un grupo de voluntarios con banderas entonó el famoso himno «Sin el Partido Comunista, no hay nueva China». Ni nuevo coronavirus , como denuncian quienes acusan al autoritario régimen de Pekín de ocultar información y no haber hecho lo suficiente por impedir que la epidemia saliera de sus fronteras.