Preparados para una Navidad atípica y solitaria

El miedo a contagiarse de coronavirus y el cierre de fronteras entre países y comunidades provocarán que miles de personas pasen las fiestas sin compañía

Árbol de Navidad en la Puerta del Sol de Madrid, lugar emblemático durante las fiestas navideñas Guillermo Navarro
María Lozano

María Lozano

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Navidades atípicas y solitarias . Así quedarán en el recuerdo unas fechas en las que la tradición es, o era, que toda la familia se reúna en torno a una gran mesa. En ocasiones era la única oportunidad para que todos se vieran las caras, pero este 2020 no podrá ser.

Unos de los más afectados por la pandemia del coronavirus durante las fechas navideñas serán los españoles que residen fuera de España . Más de dos millones y medio de personas se encuentran en esta situación, según el último padrón de españoles residentes en el extranjero elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estudiantes, corresponsales, trabajadores que salieron de España en busca de un empleo... todo un aluvión de personas que no pueden regresar a sus hogares.

Las barreras de entrada son muchas , pero quizá la más prohibitiva es la exigencia de una prueba diagnóstica de coronavirus con resultado negativo las 72 horas previas a la llegada. Al coste se le suma la dificultad para conseguir cita en las clínicas privadas que están autorizadas para hacer los test. Además, se impone el mied o de traer el virus e infectar a los seres queridos.

Cerca de 5 millones de personas viven solas en nuestro país, casi la mitad tienen más de 65 años y tienen miedo a contagiarse

Otro de los colectivos más afectados por la soledad durante la pandemia y, en especial, en estas fiestas son las personas que viven solas , cerca de 5 millones en nuestro país. Casi la mitad son mayores de 65 años y vulnerables al Covid-19, por lo que optarán por no reunirse con familiares ni allegados por precaución.

Adelia Olivares tiene 82 años y vive sola desde que murió su marido. Normalmente reunía en su casa a toda su familia por Navidad, unos 15 en total. Pero este año el número de invitados es nulo. «No recuerdo ninguna Navidad así de triste», reconoce.

«Tengo mucho miedo porque si lo pillo me voy para el otro barrio », bromea al otro lado del teléfono. Además señala que si el máximo de personas con las que se puede reunir son seis en su comunidad, tendría que elegir con qué hijos pasa las navidades y no está dispuesta. «Mejor con ninguno», insiste.

Cambios de última hora en las restricciones

En la otra cara de la moneda se encuentran los jóvenes . Estudiantes o recién independizados que se mudaron lejos de su hogar natal y que ahora no podrán volver . Nacho Milán tiene 24 años y vive en Valencia, donde hace unas prácticas, aunque es de Almería.

«Yo estoy viviendo con mi hermana y como los dos teníamos que trabajar la idea era que mis padres vinieran », explica. Sin embargo todo cambió cuando la Comunidad Valenciana endureció las restricciones y anunció que solo dejaría entrar a los residentes. «Ellos se habían pedido los días libres renunciando a 250 euros. Son cosas que pican un poco, pero es por un bien mayor», admite Nacho.

Pese a los contratiempos, el joven se da «con un canto en los dientes»: «Hay gente que está mucho peor que nosotros. Gracias a Dios en mi familia no nos hemos infectado, incluso siendo mi madre sanitaria».

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