Portugal es el único país del mundo que supera los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes
El país vecino prohíbe permanecer en espacios públicos pero se ve desbordado y mantiene las escuelas abiertas
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En vista de la grave situación generada por la incidencia del coronavirus, a Portugal no le ha quedado más remedio que corregir su propio camino tres días después de haber iniciado su segundo confinamiento . Las cifras claman al cielo y el país vecino es, en la actualidad, el único del mundo que sobrepasa los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.
El primer ministro, el socialista Antonio Costa , anunció ayer que se prohíbe la permanencia en espacios públicos (por ejemplo, un parque) y se atajan las ventas para el exterior que formaban amplias colas a las puertas de la mayoría de los cafés, en un lugar donde tomar un cortado con un pastel de nata por la mañana es un verdadero ritual. Pero son muchos los portugueses que no entienden por qué siguen las escuelas abiertas, si tan grave se ha revelado el contexto en el que se mueve la patria del fado bajo los efectos de la pandemia. «No se lo están tomando en serio», apunta el presidente Marcelo Rebelo de Sousa .
La circulación entre municipios queda vetada exclusivamente los fines de semana, un periodo temporal en el que el deber de recogerse en casa se establece de nuevo a las 13.00 horas. ¿Es realmente una medida efectiva? Porque en las horas previas se ha comprobado que se forman largas colas a la entrada de los supermercados con tal de poder cumplir el horario decretado para estar en casa.
En medio de este panorama tan complicado, Lisboa abre dos hospitales de campaña porque los habituales de Sao José, Santa María o Santo Antonio dos Capuchos se hallan saturados. La capacidad de respuesta de los centros sanitarios se ha limitado en gran medida, y eso que la lista de operaciones se ha paralizado, incluidas las que afectan a pacientes oncológicos. Una circunstancia, esta última, que ha despertado una gran controversia entre los ciudadanos del país vecino.
Hospitales de campaña
Las dos unidades que se han sumado a última hora corresponden a las instalaciones de la Casa de los Atletas, perteneciente a la Ciudad del Fútbol de Cruz Quebrada, a solo 13 kilómetros de la capital lusa, y del Estadio Universitario, en la zona de Campo Grande. Se trata de unas estructuras levantadas en los últimos días y preparadas para recibir a pacientes de menor gravedad, pero que tampoco pueden estar en casa.
Precisamente, siguen la estela de la senda abierta por una empresa española, Normetal, que cuenta con capital portugués y ha sido requerida por varios hospitales de todo el país con el fin de habilitar dependencias de gran calidad aptas para la atención médica , tal cual han acreditado a lo largo y ancho del territorio luso.
Además de Lisboa, otras dos ciudades portuguesas han tomado ya la determinación de montar unas estructuras de este tipo: el Pabellón de Fontelo, en Viseu, y el Pabellón Arena de Portimao, en el corazón turístico del Algarve.
En cualquier caso, queda claro que Portugal ha debido otorgar un nuevo rumbo a su segundo confinamiento. Y todo a causa del fuerte incremento de contagios por coronavirus, con una cifra de 6.700 en las últimas 24 horas. El propio presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha vaticinado que el ritmo alcanzará los 800 muertos diarios en escasos días.
Los casos siguen aumentando
La situación únicamente puede calificarse como muy grave, lo que ha llevado al Gobierno socialista a actuar sobre la marcha y aprobar un paquete de medidas no exento de polémica. Será hasta primeros de marzo cuando se apliquen las nuevas restricciones, de acuerdo con el plan previsto.
Pero, ¿por qué todas las escuelas permanecen abiertas? ¿Por qué se autorizado las misas y los partidos de fútbol, que continuarán celebrándose a puerta cerrada? Muchos no entienden cómo es que deben quedarse en casa pero han de salir para llevar a los niños al colegio, por poner solo un ejemplo.
Los dueños de los restaurantes exhiben su enfado por el cierre de sus establecimientos, que pueden abrirse para cultivar la opción de entrega a domicilio, si es que reciben encargos.
También los gimnasios y las peluquerías se ven obligados a bajar la persiana, lo que no agrada en absoluto a quienes ven cómo su vehículo para ganarse la vida se va hundiendo poco a poco.
La reacción del Ejecutivo liderado por Antonio Costa está siendo a la desesperada, mucho más porque este pasado jueves 14 de enero se alcanzó el máximo diario con 10.698 casos . Una cantidad altísima para un país que tiene 10 millones y medio de habitantes. Y es que Portugal atraviesa en la actualidad la peor fase desde que arrancó oficialmente la pandemia en marzo de 2020.
El ministerio de Economía estudia la posibilidad de «limitar las ventas en los hipermercados a los bienes esenciales», aunque ya han avisado que no habrá sanciones para aplicar. ¿Objetivo? Pues, en teoría, proteger al pequeño comercio frente a las grandes superficies… otra cosa es que lo consigan, que por algo se extienden las protestas a través de las redes sociales.
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