La población de Bangui sale a las calles sin miedo para recibir al Papa

Cientos de miles de centroafricanos le aplaudieron felices en la carretera del aeropuerto

JUAN VICENTE BOO

Las calles de Bangui, donde la población ha circulado con miedo desde hace dos meses , desbordaron esta mañana con la alegría de cientos de miles de personas que aplaudían felices al Papa a lo largo de todo el trayecto desde el aeropuerto al centro de la ciudad .

Debido a que los primeros cuatro kilómetros en el extrarradio son muy polvorientos - sobre todo cuando la caravana levanta un polvo rojizo que se pega a todo -, Francisco los recorrió en un pequeño automóvil. Pero después subió al «papamóvil» descubierto para recorrer los cinco restantes.

Quienes le veían podían sentirse privilegiados, pues casi un millón de personas –la quinta parte de la población de la República Centroafricana (RCA)- viven como refugiados debido a la violencia interna. Algo más de la mitad son musulmanes que escapan de la violencia de la milicia anti-Balaka . El resto son cristianos que han huido de la milicia Seleka.

A su llegada al aeropuerto, el Papa pudo ver el poblado de tiendas miserables donde viven o vienen a dormir cada noche unas 25.000 personas de Bangui, para estar protegidas por los soldados franceses.

En los últimos dos meses, entre las dos milicias han asesinado a casi un centenar de personas desarmadas en la capital , y han incendiado más de trescientas casas en rachas de violencia errática e imprevisible.

Este domingo de sol radiante es el primer día de fiesta en la República Centroafricana desde que el desastre de la violencia se abatió sobre el país hace dos años . Están no solo contentos, sino orgullosos, pues el Papa inaugurará esta tarde en la catedral el Año Santo de la Misericordia, adelantándolo en la RCA respecto a la apertura de la puerta santa en Roma el próximo 8 de diciembre para el resto del mundo.

Francisco ha venido a verles, incluso contra la voluntad del gobierno francés, que consideraba imposible mantener su seguridad en este país destrozado. Y le están recibiendo como a un héroe.

La presencia de blindados de Naciones Unidas y de «cascos azules» cada pocos metros era muy llamativa, pero lo que más impresionaba a la comitiva en todo el trayecto desde el aeropuerto al palacio presidencial era la alegría de los ciudadanos, muchos de ellos con sus mejores trajes y vestidos, a ambos lados de la carreta.

En su entusiasmo, los centroafricanos aplaudían y vitoreaban incluso a las primeras furgonetas de la comitiva, las de los periodistas que acompañan al Papa. Fueron kilómetros y kilómetros de responder a saludos para agradecer la bienvenida . En algunos momentos, el vocerío era casi más fuerte que el de los estadios. El agitar de banderas alegraba todavía más la escena.

En su discurso, pronunciado ante la Jefe del Estado de Transición, Catherine Samba Panza, antigua alcaldesa de Bangui y la primera mujer que ocupa la presidencia, el Papa Francisco pidió «la búsqueda de la paz y la reconciliación ».

«Una nueva etapa»

El mandato de la presidenta es llevar a cabo las elecciones, que se celebrarán por fin el próximo 27 de diciembre , después de varios retrasos debidos a que todo el territorio nacional está repartido entre la milicia nominalmente musulmana Seleka y la animista-cristiana anti- Balaka , mientras que la capital sufre de modo intermitente rachas de violencia.

En unas palabras conmovedoras, Catherine Samba-Panza agradeció al Papa su «lección de coraje» viniendo a la RCA a pesar del riesgo, y añadió que «ha sido una victoria de la fe sobre el termo».

Le agradeció su «compasión por un pueblo atenazado por el odio y el espíritu de venganza, desgarrado por conflictos interminables». Los culpables mayores y menores son muchos, y la presidenta añadió: «En nombre de las autoridades y de todos los que han provocado esta bajada a los infiernos, yo confieso el mal cometido aquí y pido perdón desde lo mas profundo de mi corazón».

«Una nueva etapa en su historia»

En su primera intervención en público, el Santo Padre se dirigía al gobierno en funciones, cuya operatividad es prácticamente nula, pero también a los responsables de Naciones Unidas, cuyos 11.500 «cascos azules» garantizan al menos el orden en Bangui, y a los embajadores . Entre ellos destaca el de Francia ya que su misión Sangaris, formada por 900 soldados, mantiene abierto el aeropuerto de la capital y protegidas las embajadas occidentales.

Francisco les aseguró desear con todas sus fuerzas «que las diferentes consultas electorales de las próximas semanas permitan al país emprender seriamente una nueva etapa de su historia ».

Al terminar el encuentro, el Papa visitó un campo de refugiados para saludar a cuatro mil de ellos, como representantes del millón de compatriotas que viven en esa situación . La mayoría eran mujeres, y había casi medio millar de chiquillos. Los niños cantaban, los adultos aplaudían. Mucha gente lloraba a lágrima viva.

Francisco besó a niños, ancianos y enfermos. Se le notaba a gusto y parecía no tener prisa. El lugar era un poco caótico , pero los refugiados mantenían la compostura con gran dignidad, sin agobiarle.

Hablando sin papeles -en italiano, con traducción sucesiva de cada párrafo al sango- el Papa les invitó a «hacer todo por la paz, sabiendo que no es posible hacer la paz sin la tolerancia y sin el perdón». No es fácil, para quien ha tenido que escapar de su casa, perdonar a sus agresores, pero el Papa se lo pidió, añadiendo que los centroafricanos deben amarse «sin diferencia de etnias o de religiones ».

Distintas confesiones

Su programa de esta tarde incluye –antes de la apertura de la puerta santa en la catedral- un encuentro con los líderes protestantes en la Facultad de Teología Evangélica de Bangu i. La población de la RCA está formada por un 35 por ciento de animistas, un 25 por ciento de católicos, otro 25 por ciento de evangélicos y un 15 por ciento de musulmanes.

Los líderes de las tres principales confesiones -el arzobispo de Bangui, Diedonné Nzapalainga; el presidente del Consejo Islámico, Oumar Kobine Layama; y el presidente de la Alianza Evangélica, Nicolás Guerekoyame-Gbangou , llevan dos años viajando juntos a los lugares que pueden visitar en la RCA y a muchos otros países, para llamar al abandono de la violencia y aclarar que esta no es una guerra religiosa.

De hecho, la población musulmana ayuda a refugiados cristianos y viceversa. El líder islámico ha vivido meses refugiado en la residencia del arzobispo , mientras que el líder evangélico salvó la vida gracias a que se fue de casa poco antes de que llegaran a matarle e incendiar su vivienda.

Los cristianos del barrio de Lakouanga ayudaron a reconstruir la mezquita de los musulmanes, destruida por los anti-Balaka el pasado mes de mayo. En octubre, los anti-Balaka, la destruyeron de nuevo.

El resultado es que la amistad entre cristianos y musulmanes decentes se refuerza . Francisco conoce ese fenómeno, y ha venido a Bangui para impulsarlo.

La población de Bangui sale a las calles sin miedo para recibir al Papa

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación