El Papa vacía su agenda para someterse a controles médicos

El Vaticano también ha aplazado los funerales del cardenal mexicano, Javier Lozano Barragán, hasta el próximo lunes para que pueda asistir el Pontífice

El Papa Francisco, en una imagen reciente REUTERS

Victoria Isabel Cardiel

Este viernes, el Vaticano ha adelantado el festivo por San Jorge, por lo que el Papa, que cumplirá en diciembre 86 años , ha aprovechado para suspender sus citas y cumplir con la rutina de los chequeos médicos. Tal y como ha avisado el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, «el Papa ha frenado su actividad hoy a causa de controles médicos que son necesarios. Por eso, tiene la agenda vacía ».

El Pontífice -que este jueves se reunió con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán , en su primer viaje al extranjero tras ganar las elecciones con las que se aseguró una cuarta legislatura- ha anulado todos sus actos previstos para este día. Entre ellos, la audiencia con el ministro de Exteriores argentino, Santiago Cafiero. El Vaticano también ha aplazado los funerales del cardenal mexicano, Javier Lozano Barragán , hasta el próximo lunes para que pueda asistir el Pontífice. Barragán, quien mantenía una profunda amistad con Francisco fraguada en los años 90, falleció este jueves.

Francisco arrastra una lesión en la rodilla derecha que le impide estar mucho tiempo de pie y dificulta su caminar. Debido a la gonalgia, que le ha exacerbado la artrosis y el desgaste del cartílago, el Vaticano tuvo que modificar algunos ritos durante la Semana Santa para evitarle desplazamientos innecesarios. Aún así, el Papa se sobrecargó de esfuerzos en una agenda especialmente intensa para recordar las últimas horas terrenales de Jesús. El Viernes Santo, el pontífice no pudo postrarse en el suelo de la basílica de San Pedro del Vaticano ante la tumba del apóstol como solía hacer en años pasados en la celebración de la Pasión de Cristo.

Permaneció en silencio y cabizbajo delante del altar, para orar durante unos minutos por la Pasión del Señor, aunque insistió en participar en la procesión que recorrió toda la nave central de la basílica de San Pedro antes y después de la ceremonia . También tuvo que seguir sentado casi todas las celebraciones litúrgicas y no pudo permanecer en pie mientras leía todo el mensaje Pascual.

Francisco, que ya tuvo que cancelar su presencia en la misa del Miércoles de Cenizas, protagonizó el Jueves Santo un sacrificio extremo. Se trasladó hasta la cárcel Civitaveccia Nuovo Complesso, a 80 kilómetros de la capital italiana para arrodillarse frente a doce presos, tres mujeres y 9 hombres. De cada uno de ellos tomó entre sus manos el pie y tras verter un poco de agua, lo acarició y lo besó. Una imagen potente de la fuerza de un anciano con achaques frente a los que han cometido algún delito. Tal y como reseñó el capellán de la prisión, la foto reflejó «el derecho a la esperanza y el derecho a recomenzar».

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