El Papa reanuda las ordenaciones de «sacerdotes del pueblo, no clérigos de Estado»

Aconseja a los recién ordenados «sed misericordiosos, sed perdonadores, que es el estilo de Dios»

El Papa Francisco coloca sus manos sobre la cabeza de los sacerdotes recién ordenados EFE
Juan Vicente Boo

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En la primera ceremonia con casi un millar de fieles desde el comienzo de la pandemia, el papa Francisco ha ordenado este domingo a nueve sacerdotes de la diócesis de Roma en el altar central de la basílica de San Pedro, que no se utilizaba desde hace más de un año. Con mucha fuerza, les ha exhortado a servir a los fieles: «Sed sacerdotes del pueblo , no clérigos de Estado». Ha sido la primera ordenación desde 2019, pues el confinamiento impidió la del año pasado.

Visiblemente feliz de poder concelebrar la misa no solo con los recién ordenados sino también con varios cientos de sacerdotes y más de medio millar de fieles, en su mayoría familiares, compañeros y amigos, el Papa ha invitado a los nuevos presbíteros a emprender «el hermoso camino de ‘las cuatro cercanías’: con Dios, con el Obispo, con los demás sacerdotes y con el Pueblo de Dios».

Francisco les ha insistido, en que «el estilo de cercanía es el estilo de Dios: un estilo de compasión y ternura. No cerréis el corazón a los problemas de la gente. Practicad la compasión, que os llevará al perdón y a la misericordia. Sed misericordiosos, sed 'perdonadores'. Ese es el estilo de Dios».

Portero de 'La Roma'

La historia personal de cada uno de los nuevos sacerdotes incluye muchos episodios de renuncia y de servicio misionero en Europa y otros continentes.

Samuel Piermarini, por ejemplo, renunció a un fichaje como segundo portero de 'La Roma', el equipo de fútbol más popular de la ciudad, mientras que Riccardo Cendamo, antiguo director de cortometrajes y profesor de cinematografía ha dejado atrás el cine.

El Papa les ha recordado que «ya os lo adelanté en la sacristía, pero quisiera decirlo ante el pueblo de Dios: alejaos de la vanidad, del orgullo y del dinero. El demonio ‘entra por los bolsillos’. Sed pobres que aman a los pobres. No seáis ‘trepas’».

Al final de la ceremonia, el Santo Padre se ha hecho una fotografía con los nueve sacerdotes ante el altar pero, al darse cuenta de que llevaban las máscaras, ha hecho otra sin ellas, manteniendo las distancias. Después les ha besado las palmas de las manos recién ungidas, uno por uno, y ha pedido la bendición a Mateus Henrique Ataide da Cruz.

En la línea de internacionalidad, típica de los seminarios de Roma, el grupo de nueve sacerdotes incluye un rumano, un colombiano y un brasileño. Seis provienen del Pontificio Seminario Mayor Romano, dos del 'Redemptoris Mater' del Camino Neocatecumenal, uno de la 'Madonna del Divino Amore' y uno de la diócesis de Roma.

Imposición de manos

El momento más emotivo de la ceremonia ha sido la imposición de manos por parte del Papa a cada uno de los nuevos sacerdotes. En el respeto a las normas sanitarias se ha omitido, en cambio, el rito del abrazo de la paz de todos los concelebrantes.

Hace un par de semanas, al levantarse el segundo confinamiento en Italia, Francisco ha vuelto a rezar el Ángelus del domingo desde el balcón, con presencia de los fieles en la plaza de San Pedro.

La ceremonia de hoy ha sido un nuevo paso hacia la normalidad. En cambio, todavía no es posible la presencia de fieles en la audiencia general de los miércoles, y el Papa sigue leyendo en su biblioteca la catequesis retransmitida en directo por radio, televisión e Internet.

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