El Papa lanza un saludo pro vida a los polacos mientras en el país protestan por los límites al aborto
Recuerda que Juan Pablo II defendía «la tutela de cada ser humano» y pide «respetar la vida de los más frágiles e indefensos»
La semana pasada el Tribunal Constitucional de Polonia declaró ilegal el aborto en el supuesto de que el no nacido presente alguna anomalía, por considerarlo una práctica eugenésica. A pesar de que es fruto de una iniciativa popular que reunió 830.000 firmas, en el país se han levantado también muchas voces contra esta decisión. Y este miércoles el Papa Francisco ha intervenido en el debate sin citarlo explícitamente.
«El 22 de octubre pasado celebramos la memoria litúrgica de San Juan Pablo II, en este año centenario de su nacimiento», ha comenzado el Papa dirigiéndose a los peregrinos polacos al término de la audiencia general.
Ha destacado que su predecesor «siempre invitó a un amor privilegiado por los últimos e indefensos y por la protección de cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural».
«Pido a Dios que suscite en los corazones de todos el respeto por la vida de nuestros hermanos y hermanas , especialmente los más frágiles e indefensos, y que dé fuerza a los que la acogen y cuidan, incluso cuando esto requiere un amor heroico», ha concluido.
La situación de la pandemia en Italia y Europa se refleja perfectamente en la afluencia de participantes a la audiencia general del Papa de cada miércoles. La de este miércoles ha sido una de las audiencias generales con menos peregrinos, pocos centenares.
El Papa ha entrado directamente al estrado de la gran sala de audiencias y ha evitado pasar por el pasillo central como es habitual . Tampoco ha saludado al grupo de enfermos.
Nada más llegar esta mañana, ha pedido disculpas por no acercarse a saludar a los peregrinos personalmente. «Me quedaré aquí arriba para evitar aglomeraciones», ha explicado. «Es una de las medidas de prudencia que debemos seguir ante esta señora llamada Covid, que nos hace tanto daño» , ha bromeado.
Luego ha iniciado una nueva serie de catequesis sobre las escenas del Nuevo Testamento que muestran cómo rezaba Jesús. Francisco ha recordado que la primera fue en el río Jordán, donde quienes se sentían pecadores acudían para mostrar arrepentimiento.
«Metámonos esto en la cabeza y en el corazón», ha pedido el Papa. «Jesús no es un Dios lejano. No se queda al otro lado del río para marcar distancia, sino que hunde sus pies en las mismas aguas purificadoras de las demás personas. Va como un pecador. Y esta es la grandeza de Dios», ha asegurado.
«Aunque todos nos rechazaran por ser pecadores de la peor clase, Jesús no bajó a las aguas del Jordán para él mismo, sino para todos nosotros», ha concluido.
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