El Papa celebra por sorpresa los oficios del Jueves Santo en la capilla del excardenal Becciu
Le cesó como prefecto de los Santos y le retiró los derechos de cardenal en septiembre de 2020
En un gesto tan sorprendente como difícil de valorar mientras no haya una explicación oficial, el Papa Francisco ha celebrado la misa de la Cena del Señor el Jueves Santo por la tarde en la capilla privada de la residencia del excardenal Becciu, a quien cesó fulminantemente como prefecto de los Santos y retiró los derechos de cardenal en septiembre de 2020.
La noticia fue dada a conocer por un vaticanista italiano quien ha informado a todos los colegas: «El Papa ha celebrado esta tarde en torno a las 17.30 la misa de la Cena del Señor en la capilla del apartamento privado de Su Eminencia el cardenal Angelo Becciu. El cardenal de encarga de comunicarlo».
Mientras la Oficina de Información del Vaticano mantenía un extraño silencio, una fuente vaticana fiable señalaba que «no resulta extraño un gesto paterno de este tipo en un día como el Jueves Santo». En varias ocasiones, Francisco había mantenido almuerzos con sacerdotes precisamente en el apartamento de Becciu. También ha comentado en algunas homilías que Jesús lavó los pies a todos sus discípulos, incluido el que iba a traicionarle.
Entre las claves de lectura disponibles figura un curioso reportaje sobre la misericordia divina publicado precisamente este Jueves Santo en 'L’Osservatore Romano' con la firma de su director sobre las dos imágenes de Judas y Jesucristo que el Papa tiene en su estudio personal en Casa Santa Marta.
La primera es una fotografía de un capitel románico de la iglesia de Vézelay, en Francia, que representa a Jesús llevando sobre los hombros a Judas como en las representaciones del Buen Pastor y la oveja perdida. La segunda imagen, regalo de un pintor francés, es un cuadro de Jesús resucitado que abraza como una 'Piedad' el cuerpo sin vida de Judas que ha bajado del árbol en que se ahorcó.
La enseñanza constante del Papa sobre la misericordia y el hecho de que el Jueves Santo sea el día de los sacerdotes podrían explicar el inusitado gesto.
Seis meses después del cese fulminante de Ángelo Becciu , un castigo sin precedentes en la Curia, ni la Oficina de Prensa ni el Tribunal del Vaticano han proporcionado todavía la mínima explicación.
Los únicos comentarios sobre el caso son los del interesado, quien convocó una extraña conferencia de prensa al día siguiente de su cese para presentarse como víctima: «Le dije (al Papa) que si ya no tengo su confianza, presento mi dimisión. Él la ha aceptado y me ha pedido renunciar también a los privilegios del cardenalato. Yo he dicho ‘de acuerdo’. Después, en el comunicado del Vaticano se citaban los ‘derechos y deberes’ del cardenalato, o sea que no podré entrar en el cónclave ni participar en reuniones y ceremonias… Lo acepto, lo acepto».
Becciu retiene tan solo el título honorario de 'cardenal', así como el apartamento en el Vaticano pues Francisco le ha dicho que no debe abandonarlo: «Se lo dejo por todo el trabajo que ha hecho por mí».
Entre los probables motivos de su cese figura la desastrosa gestión de los fondos reservados de la Secretaría de Estado durante su mandato como 'numero tres' del Vaticano y responsable directo de esos fondos desde 2011 a 2018. El escándalo de malversación de fondos invertidos en apartamentos de lujo en Londres salió a la luz el uno de octubre de 2019 con el registro de sus oficinas y el cese de cuatro funcionarios de nivel alto en la Secretaría de Estado. Desde entonces siguen a la espera de un juicio en el Tribunal Vaticano que parece no comenzar nunca.
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