El Papa el Jueves Santo: «Jesús no se escandalizó por las controversias moralistas, leguleyas, clericales que suscitaba»

El Santo Padre preside la renovación de las promesas sacerdotales en la Misa del Crisma

El papa Francisco en un momenrto de la Misa Crismal, donde se ve un grupo de sacerdotes que renuevan hoy las promesas realizadas en el día de su ordenación EFE
Juan Vicente Boo

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Dirigiéndose a los sacerdotes que iban a renovar las promesas del día de su ordenación, el papa Francisco les ha advertido este Jueves Santo que la Cruz estará presente en sus vidas como estuvo en la de Jesús «incluso antes de su nacimiento» -con el desconcierto de María o «el insomnio de José al sentirse obligado a abandonarla»-, y de nuevo al tener que huir a Egipto como refugiados.

El Santo Padre les ha advertido que ante esas amarguras no deben escandalizarse como tampoco «se escandalizó Jesús en medio de las discusiones y controversias moralistas , leguleyas, clericales que se suscitaban cada vez que hacía el bien».

«El anuncio del Evangelio siempre está ligado al abrazo de alguna Cruz concreta»

El Papa se ha referido al dolor «en esta época de escándalos» por el mal comportamiento de algunos sacerdotes y obispos, pero sin olvidar que «el anuncio del Evangelio siempre estáligado al abrazo de alguna Cruz concreta» . El motivo es que «la Palabra genera claridad en los corazones bien dispuestos», pero «confusión y rechazo en los que no lo están».

Esa paradoja se observa claramente en los Evangelios cuando «la cercanía de Jesús, que va a comer con los pecadores, gana corazones como el de Zaqueo, el de Mateo, el de la Samaritana..., pero también despierta sentimientos de desprecio en los que se creen justos ».

Con buen humor, Francisco ha pedido disculpas «por esta publicidad de familia» al citar un pasaje de san Ignacio de Loyola sobre el sufrimiento de María y José al ver que Jesús nace en extrema pobreza y pasa «tantos trabajos, de hambre, de sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas, para morir en una cruz».

Con palabras de san Francisco de Asís, el Obispo de Roma ha animado a sus sacerdotes a «anunciar el Evangelio con obras y, si es necesario, con palabras» , sin dejarse intimidar cuando aparezca el sufrimiento por hacer el bien, como le sucedió a Jesús.

Debido a las restricciones sanitarias, el Papa ha celebrado la Misa Crismal en el altar de la Cátedra de San Pedro, situado en el ábside de la basílica, con unos ochenta sacerdotes, una treintena de cardenales y menos de un centenar de fieles.

La ceremonia ha incluido la bendición de tres ánforas con el oleo para la unción de los enfermos, el óleo de los catecúmenos y el crisma -compuesto de aceite y bálsamo- que se utiliza en el bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal.

Aunque el Santo Padre caminaba con menos dificultad que el Domingo de Ramos, el agravamiento de su ciática desde el pasado mes de diciembre le ha obligado a no participar esta tarde en la Misa de la Cena del Señor , que será presidida por el cardenal Giovanni Batista Re, decano del colegio cardenalicio.

El programa del Viernes Santo incluye la participación del Papa en los oficios de Pasión a las seis de la tarde y en el Vía Crucis a las nueve de la noche, en una plaza de San Pedro absolutamente vacía, por segundo año consecutivo , debido al confinamiento en Italia.

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