El Papa afirma que «Jesús llama a nuestra puerta hambriento, sediento, forastero, enfermo y encarcelado»
Recuerda su viaje de 2013 a Lampedusa y denuncia «el infierno» de los campos de detención de refugiados en Libia
En un nuevo llamamiento a la conciencia de los europeos, el Papa Francisco ha recordado este miércoles su viaje del 8 de julio de 2013 a la isla de Lampedusa -el primero de su pontificado-, y ha afirmado que «es Jesús quien llama a nuestra puerta hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado , pidiendo que lo encontremos y ayudemos».
El Santo Padre ha añadido que «si todavía tuviéramos alguna duda, esta es su clara palabra: ‘En verdad os digo, que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’».
Cada año, en el aniversario de aquel viaje a Lampedusa, el Papa celebra una misa en la basílica de San Pedro para refugiados e inmigrantes de Roma y personas que les ayudan. No solo como plegaria por los refugiados sino también como sufragio por los miles de personas que perecen ahogadas en el Mediterráneo intentando llegar a Europa en barcos desvencijados.
En esta ocasión, debido a la pandemia de coronavirus, Francisco ha celebrado la misa en la capilla de Casa Santa Marta para un grupo muy reducido: las personas que trabajan en la sección de Migrantes del departamento de Desarrollo Humano Integral -en su mayoría mujeres-, todas con mascarillas para evitar el riesgo de contagiar a los demás.
Pero, aunque los asistentes eran pocos, el Papa se ha dirigido una vez más a todos los europeos en dos tonos: uno acusatorio y otro espiritual.
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