El Papa aconseja esperanza frente a «una pandemia que genera preocupaciones, miedos, malestar y pesimismo»
Pregunta a los nuevos cardenales: «¿Por qué agobiarse por alcanzar dinero, fama, éxito; todas cosas efímeras?»
En su encuentro con los fieles después de la misa con los nuevos cardenales, el Papa Francisco ha reconocido este domingo que la situación actual «marcada por la pandemia , genera a muchos preocupaciones, miedos y malestar ; se corre el riesgo de caer en el pesimismo, en el cierre y la apatía».
Frente a esa situación agobiante, el Papa ha aconsejado la virtud de la esperanza , sobre todo en esas semanas, pues «el Adviento es una llamada incesante a la esperanza: nos recuerda que Dios está presente en la historia para conducirla a su fin último y a su plenitud, que es el Señor Jesucristo».
Comentando el nombre hebreo de Jesús a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, Francisco ha asegurado que «Dios está presente en la historia de la humanidad, es el ‘Dios con nosotros’ (Emmanuel), camina a nuestro lado para sostenernos».
Poco antes había celebrado la misa en la basílica con once de los trece nuevos cardenales a los que impuso la birreta el sábado, entre los que destacan el primer afroamericano, Wilton Gregory, arzobispo de Washington, y un español con talante misionero: Celestino Aós, capuchino, arzobispo de Santiago de Chile.
Los nuevos cardenales de Filipinas y Brunei, que no pudieron venir a Roma, han seguido las ceremonias en reunión telemática igual que muchos otros purpurados en todo el mundo. Tan solo un centenar de fieles, en su gran mayoría amigos o familiares de los nuevos cardenales, fueron admitidos en la basílica.
Advertencias y consejos
Al imponerles la birreta, Francisco había alertado a los nuevos cardenales frente a «tantos tipos de corrupción en la vida sacerdotal», y la obsesión por ser llamados «eminencia».
El domingo, en la primera concelebración eucarística ha añadido un mensaje similar: « ¿Por qué vivir con pretensiones terrenales? ¿Por qué agobiarse por alcanzar un poco de dinero, fama, éxito; todas cosas efímeras?»
Su consejo a los cardenales y a todos es vivir la fe , que «no es un calmante para los que están estresados, sino una historia de amor para los que están enamorados».
Y, al mismo tiempo, evitar caer en la indiferencia del egoísta, una patología que «trae la noche al corazón» y puede terminar en la cospiranoia: «Comenzamos enseguida a quejarnos de todo, luego sentimos que somos victimas de los otros y, al final, hacemos complots de todo».
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